Gonzalo Fernández Castaño ha paladeado cada hoyo de prácticas en Augusta. A partir de mañana, en el fragor de la batalla, desde luego será de otra manera. Pero el primer objetivo ya está cumplido. Venir, contemplar, aprender, disfrutar, anotar…
Hoy, como remate, ha recibido una atronadora salva de aplausos en el hoyo 9 que venía jugando con los hermanos Molinari. Después de una magnífica salida al centro de la calle, ha pegado un tiro mayúsculo que ha picado a unos dos centímetros del hoyo (ver la imagen), apuntando a una bandera complicada en este green que recibe en diagonal, y sobrevolando ese pequeño monstruito de arena que lo defiende por la izquierda. La bola se quedaba finalmente a dos metros. «Today is easy», les decía el español a los aficionados norteamericanos.
Había jugado con José María Olazábal, tal y como estaba previsto, el domingo y el lunes. Después el madrileño prefirió tomar algo de distancia, pisar el campo con sus pies, mirarlo y medirlo con sus ojos.
El domingo anduvo por primera vez el campo de la mano de Chema y con su entrenador, José Carlos Gutiérrez. Reconoce que el hoyo 12, cómo no, es el que le tiene más intrigado. Un día jugó el hierro 7, otro el 8… De momento, no le ha ido mal. Bolas a green. Matrícula.
El reconocimiento a Seve le sale espontáneo y del fondo de las entrañas. «Tienes que llegar aquí para darte cuenta de verdad de lo que hizo un chaval de Pedreña…». Lo cierto es que sus declaraciones (VER VIDEO) representan exactamente lo que tenían que representar: la ilusión y la sana inquietud del rookie.
