Jonas Blixt, sueco, 29 años, natural de Nassjo, Smaland, residente en Jacksonville y tercero del Masters de Augusta en su primera participación a falta de 18 hoyos. La pregunta del millón: ¿aguantará?
Este nórdico, ganador de dos torneos del PGA Tour, tiene una conexión española directa. Se llama Jorge Parada y está al cargo de su swing… y de lo que no es swing. Es un entrenador-amigo-mano derecha-gurú.
Hablamos con él a dos metros de la puerta del edificio donde se entrega la tarjeta, mientras Blixt trata de atender a un aluvión de periodistas que quieren saber cómo un novato se coloca a un golpe de los líderes en el Masters a falta de una jornada. Parada es gallego, pero responde directo. Resopla cuando le preguntamos si ve vestido mañana a Jonas con una chaqueta verde. “Es muy difícil, sería… Es imposible saber qué pasará mañana. La pena es que hoy podría haber sacado un poco más de partido a la ronda, pero no ha estado muy fino con el drive. En cualquier caso, lo que sí tengo claro, y lo conozco bien, es que mentalmente va aguantar el último día. Jonas se crece ante este tipo de situaciones”, señala mientras nos recuerda su curriculum. Efectivamente, reproducimos: hizo top 25 en el pasado British Open, el primer major de su carrera, fue cuarto en el PGA Championship, el segundo y ahora saldrá en el penúltimo partido del Masters el domingo. Le van los grandes retos, de eso no hay duda. De hecho, sus dos mejores torneos este año han sido el WGC Accenture y el WGC Cadillac, las dos mejores citas hasta la fecha.
Parada insiste con la fortaleza mental de Blixt, pero rápidamente da paso a la técnica. Es su entrenador y está pensando en lo que van a hacer en el campo de prácticas minutos después de que acabe toda la parafernalia mediática. “A Jonas le gusta la dificultad, los grandes momentos, para eso vive, pero antes tenemos que ajustar un poco el drive. Tenemos que encontrar algo. Hoy falló algunos por la izquierda, aunque ha cogido más calles que ayer. Pienso que está pegando recto a la bola y él estaba buscando fade, por eso se marchaban por la izquierda. Pero si conseguimos cuadrar el drive, encontrar el ritmo correcto, estará peleando hasta el final”, afirma convencido.
El driver es el único problema que tiene el sueco, cuyo putter y juego corto es demoledor. Ha liderado la estadística de putts en el PGA Tour los dos últimos años y esta semana es el quinto mejor, por detrás de Fowler, Stricker, Henley y Mize. Y hay más. Sólo dos jugadores no han tripateado en los tres días que llevamos. Uno es Blixt y el otro es Jiménez.
Así, para encontrar mejores sensaciones desde el tee, no dudó en hacer un cambio de palo. Sentó en el banquillo al driver azul, el ‘fichaje’ de esta temporada, y sacó al naranja, con el que jugó el año pasado. Las sensaciones han sido mejores, así que cuidado con Blixt, que podría convertirse en el primer sueco de la historia que gana un major. Por supuesto, también sería el primer sueco con un entrenador gallego.
