Inicio Masters de Augusta Masters de Augusta 2014 Miguel desafía a todo y a todos en Augusta

Miguel desafía a todo y a todos en Augusta

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«Si alguien puede batir el récord de Nicklaus soy yo». Lo dijo el martes, 48 horas antes de empezar el Masters de Augusta. Hoy, sábado, Miguel Ángel Jiménez ha hecho 66 golpes, la mejor vuelta del torneo, y se ha colocado con -3, en condiciones de pelear por la victoria el domingo. El asunto está en manos de Bubba Watson y de lo que sea capaz de producir. «Todo lo que sea estar en un radio de cinco golpes es tener opciones», asegura.

Jiménez está sólido, convencido, feliz y arrollador. Ayer comentaba que iba a ser un pelín agresivo, y no fardaba. Está jugando a los dardos en un Augusta que está algo menos fiero que ayer porque hay menos viento, aunque no está regalando nada. “Estoy jugando muy bien, pegando bien a la pelota, pateando bien… por qué no, todo es posible. Me siento competitivo, estoy fuerte, flexible, por qué no voy a ganar”, afirma.

Además, tiene la lección muy bien aprendida. La ronda de ayer le sirvió como un pescozón de recuerdo. “Aquí no puedes ir estresado, ni buscando los birdies, ni mucho menos apuntándolos antes de pegar el golpe… y todo eso me pasó ayer y por eso pagué el pato e hice 76 golpes. Me veo jugando bien y me mostré demasiado ansioso. Aquí hay que ser paciente y eso es lo que voy a intentar también mañana”, explica.

Los números de Jiménez hoy, y en todo el torneo, son de órdago a la grande. Ha hecho siete birdies y un solitario bogey. Ha cazado 13 de las 14 calles y 14 greenes. Lo que más impresiona, sin duda, son sus números desde el tee. Sólo se ha dejado tres calles en lo que llevamos de torneo. No tiene un drive, tiene un tiralíneas. A eso hay que unirle que hoy ha tirado sólo 25 putts y que su media en el torneo es de uno y medio por green. Su vuelta de 66 golpes iguala su mejor resultado en Augusta, otro 66 que hizo en la última vuelta de 2010.

Y si alguien piensa que Miguel puede tener una presión extra por pensar que puede estar ante una de sus últimas oportunidades de ganar en Augusta, que se olvide. “Me gusta lo que hago, estoy bien físicamente y no me aburro. Creo que puedo seguir igual otro 25 años”, señaló entre las risas de los periodistas norteamericanos. Podemos asegurarles que el malagueño no se reía. Y si aún tienen dudas, otro dato: hasta en tres ocasiones repitió que su objetivo este año es la Ryder Cup. Tome nota, McGinley.

Así las cosas, no es de extrañar que Sandy Lyle, su compañero hoy y una de las referencias de Jiménez cuando empezaba, le pidiera un favor cuando acabó la ronda: “Miguel, has pensado que igual es mejor que no vengas la próxima semana al torneo del Champions Tour en Atlanta…”, Sandy, sí, lo dijo entre carcajadas.