Tiger Woods está listo para competir en el Masters de Augusta. Es más, deja bien claro que si ha decidido jugar esta semana, cuando se cumplen veinte años de su debut, es porque se ve con opciones de llevarse a casa su quinta Chaqueta Verde. «Mi gran motivación es ganar. No hay otra».
Tiger se muestra más afable y relajado que nunca. Es el gran tema de conversación entre los periodistas, mientras apuran un café y una cookie en la cantina que corona este peculiar edificio de prensa de Augusta en forma de anfiteatro. Tan serena es la actitud de Woods que hasta invirtió una buena parte de su comparecencia ante los medios en contar batallas. «Cuando yo gané el Masters, Jordan (Spieth) aún estaba en pañales», afirma.
Tiger asegura que se ha dejado las manos entrenando y quiere disfrutar de este Masters junto a sus hijos. No está por la labor de que nada ni nadie se lo estropee. «Tengo la sensación de que en este Masters, con mis hijos a mi lado, jugando el miércoles los pares 3, se cierra una especie de círculo desde que se murió mi padre«, afirma reflexivo, poco antes de confesar que tiene una lista de 300 canciones hip-hop que se pone en los auriculares mientras entrena. Es una versión de Tiger reposada. No es el Tigre que entraba por la puerta de Augusta salivando a la caza de la presa. Ni siquiera se le preguntó por el récord de Jack Nicklaus de 18 majors, no. Este es otro Tiger. Es más la imagen de quien ya lo ha hecho todo, quiere disfrutar y si se presenta la ocasión, que nadie dude, que se lanzará a la yugular de quien sea por ganar.
Woods defendió ayer con uñas y dientes su ética de trabajo. Puso un empeño especial en que nadie dudara de que se ha dejado las manos por estar en Augusta y ser competitivo. «He sudado tinta entrenando. De sol a sol, en cada tiempo libre, cuando los niños dormían o cuando estaban en el colegio. He trabajado mucho, pero mucho. He pasado muchas horas en el campo de prácticas y ahora toca la recompensa. He ido mejorando día a día. Cuando se iba el sol era un poco mejor jugador que cuando llegaba por la mañana. He trabajado en todos los aspectos», afirma.
Y remata como empezó: «No he vuelto por el simple hecho de jugar el Masters. Estoy aquí porque quiero ganar. Esa es mi mayor motivación». ¿Podrá hacerlo? Sus compañeros de tarea aseguran que ha recuperado su juego. «Ha pegado tiros muy buenos, de mucha calidad. Es cierto que alguno no ha sido tan bueno, pero en general creo que su juego está preparado», afirma Mark O’Meara, su amigo que lo ha acompañado durante las dos primeras jornadas de prácticas.
Phil Mickelson mantiene la misma versión. Jugó el martes en el partido de detrás de Tiger. «Yo le he visto pegar golpes muy buenos, bolas altas, profundas, como en sus mejores tiempos. Y en cuanto al juego corto, eso es lo más fácil de solucionar. Su juego alrededor de green era absolutamente genial y estoy seguro de que lo recuperará».
