Casi una treintena de jugadores había pasado ya por el hoyo 11 y ninguno había sido capaz de arrancarle un birdie al monstruo del Amen Corner. Entonces, llegó Jon Rahm y pegó uno de los golpes más portentosos del día. Por desgracia, no estaba en la cobertura televisiva, así que sólo tuvieron la oportunidad de verlo aquellos que iban siguiendo su partido. Privilegiados. No es fácil pegar un golpe mejor en ese rincón de Augusta. Es uno de esos tiros que quedan grabados en la retina durante mucho tiempo.
Jugada maestra de Jon y primer ‘sesenta y tantos’ en Augusta
¿Y cómo fue? Pues lo mejor es preguntarle a Jon. ¿Qué pegó? ¿Cómo diseñó el tiro? ¿Qué hizo su bola? “Fue un hierro 7 tres cuartos y bajo. Tenía 166 metros a la bandera, con un poco de viento en contra de la derecha. Me alineé todo al borde derecho del green, con la bola más alta que los pies. Esto hizo que cerrara un poco hacia el centro del green y la cuesta abajo se encargó del resto”, explica. Conclusión: la bola se detuvo manda y obediente a un metro. Primer birdie del día. El monstruo también es humano.
El propio Rahm admitió tras la vuelta que ese golpe había sido la clave del día.