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Un homenaje de padre y muy señor mío

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Víctor García y Sergio, antes de salir a jugar los nueve hoyos. © Sergio García
Víctor García y Sergio, antes de salir a jugar los nueve hoyos. © Sergio García

Sergio García ha vuelto a jugar este domingo en Augusta. Han pasado exactamente 357 días desde la última vez, aquel mágico 9 de abril de 2017 que lo coronó como campeón del Masters. Antes de hoy, lo último que Sergio había hecho en Augusta había sido embocar un putt de birdie de tres metros, gritar de felicidad y enroscarse como ovillo apretando con fuerza el puño derecho y levantando el putter con la izquierda, abrazarse con Rose, con el caddie de éste y con el suyo, Glen Murray, lanzar varios besos al público del hoyo 18 que exclamaba con fuerza su nombre y agacharse de nuevo para golpear con el puño derecho el tapete de Augusta.

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Lo de hoy ha sido muy diferente, aunque sin duda igual de especial y emotivo. Esta vez no estaba Rose a su lado, ni el gentío de un domingo en el Masters. No. Hoy ha sido una celebración íntima. Sergio ha jugado nueve hoyos con su padre, Víctor García. Los dos solos. Un homenaje en toda regla a quien le ha acompañado durante toda su vida, donde sin duda han recordado los veinte años de Masters que llevan juntos, los buenos y malos momentos, las anécdotas, los sinsabores, la gloria.


(Vídeo de 2016 cuando Sergio cumplió 18 años en el Masters)

La primea vuelta de Sergio como campeón del Masters no podía tener una mejor compañía que la persona que lo forjó y moldeó como jugador desde que apenas levantaba dos palmos del suelo y ya estaba con un palo de golf en la mano correteando y metiendo putts en el Club del Mediterráneo de Borriol. Un instante mágico en el que recordar la maravillosa última ronda del Masters, donde Sergio desplegó un golf superlativo mientras su padre se comía las uñas y hasta los dedos.

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Nueve hoyos inolvidables para dar el banderazo de salida a una semana única, en la que Sergio ejerce como campeón defensor del Masters. Víctor García ya había jugado en Augusta en alguna ocasión, pero hace ya muchos años, también con su hijo, pero hoy lo ha hecho por primera vez con el campeón del Masters. Orgullo de padre y orgullo de hijo. No se ocurren muchas maneras mejores de comenzar una semana tan especial.

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