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Este instante en el que empiezas a apreciar los otros valores de tu hijo

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Rafa Cabrera Bello, durante la primera vuelta del Masters de Augusta. © Golffile | Fran Caffrey
Rafa Cabrera Bello, durante la primera vuelta del Masters de Augusta. © Golffile | Fran Caffrey

Como ya es habitual hemos empezado el día en el Double Eagle Club, donde ya somos de la casa. Había noticias de que el viento iba a aumentar durante la tarde, pero por suerte no ha sido así. Las condiciones han sido las mismas prácticamente durante todo el día, y eso ha sido bueno para nosotros porque Rafa jugaba por la tarde y no ha sido perjudicado por la meteorología.

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Empezamos cogiendo un búnker en el hoyo 1 y eso costó un bogey. A partir de ahí enlazó pares y birdies y mantuvo el tipo. Ha jugado francamente bien y cuando no pegaba un buen golpe con hierro desde la calle, lo arreglaba con el approach. Aguantó de manera estupenda hasta el hoyo 9, donde un golpe que debía haber sido birdie acabó en bogey. Pero en fin, el golf es así…

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Todo iba bien, como digo, hasta el hoyo 10, donde un gran drive, por apenas un metro y medio, se ha metido debajo de una magnolia a la derecha de la calle. Este golpe, unido a un tripateo, le ha roto la vuelta a Rafa. Ha terminado con un triple bogey que ha sido una lástima.

Cuando las cosas se tuercen, empiezas a apreciar los otros valores de tu hijo, y en este caso son la perseverancia y la seguridad en sí mismo

Cuando un padre ve a un hijo jugando al golf y las cosas le van estupendamente, obviamente uno va contento, disfrutando y diría que hasta camina uno más rápido por el campo. Sin embargo, cuando las cosas se tuercen, empiezas a apreciar los otros valores de tu hijo, y en este caso son la perseverancia y la seguridad en sí mismo. Son cualidades que le permiten estar convencido de que puede arreglar la vuelta en cualquier momento. Y no, no es que le haya ocurrido hoy, que lo ha conseguido al final, sino que ha pasado en otros mucho torneos. Y Rafa lo sabe. Ha hecho suya la castiza frase de que hasta la punta del rabo todo es toro. Tiene claro que lo puede hacer y desde el punto de vista de un padre supone un orgullo muy grande ver cómo tu hijo se agarra al terreno, no se rompe bajo ningún concepto y sigue luchando como si no hubiera pasado nada. Todo ello después de un triple bogey, un castigo muy fuerte aquí y en cualquier otro campo.

Tiene claro que lo puede hacer y desde el punto de vista de un padre supone un orgullo muy grande ver cómo tu hijo se agarra al terreno, no se rompe bajo ningún concepto y sigue luchando como si no hubiera pasado nada

El golpe del día, el que más me ha gustado y he disfrutado, ha sido el tirazo que ha pegado en el hoyo 16, que además he tenido la suerte de verlo muy cerca de él. La ha dejado a dos metros y medio para birdie y ha embocado el putt. La verdad es que podría haber sido una gran vuelta. Basta quitarle el triple bogey para saber que podría haber hecho un buen resultado, ya que ha jugado muy bien y cuando ha fallado un hierro o madera de calle lo ha arreglado con el approach.

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Un poco más de suerte con los putts nos habría venido bastante bien. Aparte del tripateo del 10, se nos han quedado atrás tres birdies que eran francamente metibles. De estos putts que no hacía falta un milagro para embocar.

Quería aprovechar para comentar también la carta del padre de Marta Pérez en las páginas de Ten Golf. Jose me ha hecho un gran favor porque me ha permitido retroceder tres años para recordar la primera vez que Rafa jugó en Augusta. Comparto lo que él dice en la carta al ciento por ciento. He sentido lo mismo que él está expresando en su carta. Nos parecía que habíamos conseguido un objetivo. Sin embargo, no es el final del camino, sino sólo el comienzo. Y este es el mensaje que, con todo el cariño, quiero enviar a Marta, que siga porque va a llegar a ser una grandísima jugadora y desde aquí le mandamos nuestros mejores deseos para que trabajando y entrenando logre metas importantes. El paso en Augusta es importante, pero no es el final, es el arranque de una brillante etapa.

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Sólo queda desearnos suerte para la segunda ronda. Parece que no va a ser un tiempo tan bueno y a ver si podemos tener suerte con los putts. Acabar, como siempre, con mi grito: ¡¡¡¡¡Vaaaaaaaaaamos, Rafa!!!!!!! y para mis queridos amigos canarios: ¡¡¡¡¡vaaaaaaaaaaamos, Fidel!!!

* Rafael Cabrera es el padre de Rafa Cabrera Bello y se encuentra en Augusta viviendo el Masters en directo