Sergio García ha empezado el Masters de Augusta con una vuelta de 73 golpes. Pudo ser peor y también pudo ser bastante mejor. Sí, cierto, parece un poco de perogrullo o un tópico, pero ha sido realmente así. El de Borriol ha pegado bastante bien desde el tee, pero no ha estado tan fino con los hierros, con lo que se ha visto obligado a aprochar alrededor de green más veces de las que recomiendan los cardiólogos en este campo de mírame y no me toques.
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Por eso decimos que pudo ser peor. No es fácil recuperar en estos greenes de Augusta, que no están tan firmes por el agua caída, pero sí mantienen su velocidad de vértigo. Hay que ser muy fino y Sergio lo ha sido. Ha dado un cursillo acelerado de cómo chipear desde las escapatorias. En el 1 lo hacía de maravilla para salvar el par, en el 5 estuvo a punto de meterla para birdie, el 7 lo volvió a hacer con una precisión de cirujano, incluso en el 8, para conseguir el primer birdie del día.
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Curiosamente, su peor golpe de recuperación fue pateando en el hoyo 6. Se quedó corto de green y decidió utilizar el putter. La bola le botó mucho al principio, perdió fuerza y le cayó de nuevo a los pies. Volvió a patear y tampoco la dejó cerca. Ahí se producía el primer movimiento de la tarjeta, un duro doble bogey. Mucho castigo para como iba la vuelta.
Lo cierto es que el doble bogey podría haber afectado, pero Sergio ha sacado mucha garra y se ha repuesto muy bien. Ha luchado. Se lo ha currado. Se ha remangado y se ha puesto a remar. Y aquí es donde decimos que ha merecido mejor suerte. Concretamente, le ha faltado meter algún putt más para convertir una vuelta de 73, que deja un sabor agridulce, en una de 71 ó 70, que habría sido bastante buena.
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El putt más largo que ha metido hoy ha sido de metro y medio. Lo ha hecho en el 8 y 12 para birdie y en el 18 para salvar un par importante en el último hoyo. Sin embargo, después se ha dejado un putt corto, también de metro y medio para birdie en el 13, cuatro de tres metros, para birdie en el 2, para par en el 10 y para bogey en el 6, otro de cuatro metros en el 3 y uno más de cuatro y medio en el 15.
Cierto es que esto es Augusta y no es nada fácil meter estos putts. Pero no es menos cierto que alguno de esos, un par de ellos, podían haber caído. Es la delgada línea entre una vuelta y otra. Su lucha y esfuerzo lo habría merecido.
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En cualquier caso, el juego de Sergio deja más noticias buenas que malas. Desde el tee ha estado muy bien, ha rubricado su mejor jornada de approach en mucho tiempo y con el putt, sin ser brillante, no ha estado mal. Ha tirado mejores putts de lo que dice su resultado. Por cierto, pateando con el grip tradicional.
Es la primera vez que Sergio arranca en Augusta con una vuelta de 73 golpes, aunque es la sexta vez que hace este resultado. La última ocasión fue en la tercera ronda de 2013. La historia reciente de Augusta dice que hay que empezar arriba para tener opciones de ganar el domingo, pero las vibraciones de García han sido lo suficientemente positivas como para pensar que las estadísticas están para romperlas.
