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Y en el tee del hoyo 15, Jon miró hacia atrás y se le pusieron los pelos de punta

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Jon Rahm © Golffile | Fran Caffrey
Jon Rahm © Golffile | Fran Caffrey

Jon Rahm ha firmado un más que meritorio top 10 en el Masters de Augusta, con un resultado total de 10 bajo par, a tres golpes de Tiger Woods, ganador del torneo. Y aunque se trata de un muy buen resultado, el de Barrika no se conforma. Lamenta las opciones perdidas que podían haberle metido de lleno en la pelea por la Chaqueta Verde, en especial a partir del hoyo 15, cuando miró hacia atrás, se le pusieron los pelos de punta y sacó la calculadora…

«Ni opciones. Si llego a meter el del 18, igual, pero es complicado. Una vez he llegado a nueve en el 13, doce es lo que tenía en mente. Molinari estaba con 13 y poner un resultado igual les hacía ponerse nerviosos. Pero estaba difícil, la gente jugando bien. He estado más cerca de lo que esperaba estar hoy, sobre todo como he empezado el día, pero al final, como el año pasado comencé un poco atrás», ha explicado Jon nada más finalizar su ronda.

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Sobre su valoración, el de Barrika siente un sabor agridulce: «Ahora es difícil valorar. Tengo un sabor agridulce. He jugado bien, pero he acabado sin tener opciones de ganar. Un top 10 más. Sí, pero en una semana en la que de tee a green no han ido bien las cosas. Mucha lucha para estar donde estoy».

«Hoy ha sido una vuelta de -4, poca gente lo ha podido hacer. El día está duro, nada fácil. El momento importante era el 15. Dos putts ahí, el birdie al 16, una opción de hacer birdie al 17 o 18 hubiese sido el plan ideal. Comparado con el resto que están ahí arriba me falta esa vuelta de -6 o -7 para darme una opción. Consistente. Con lo mal que le di a la bola ayer estoy contento de que haya ido un poco mejor hoy», ha detallado Rahm.

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Al de Barrika le cuesta acostumbrarse a los famosos marcadores del Masters y a los cambios que se van produciendo, que a veces provocan la reacción del público en momentos delicados: «Es diferente. A lo que es difícil de acostumbrarse, y hoy ha cambiado un poco el tema, es a esperar a que cambien los resultados. A veces vas a pegar un golpe, no se dan cuenta, cambian, Tiger ha hecho un birdie y la gente se vuelve loca. Es el Masters, son cosas que no deberían molestar, pero a veces te pilla cerca. Ha habido un hoyo en el que tenía que patear y he esperado porque la gente se ponía bastante loca».

Eso sí, reconoce que los miraba a menudo para ver cómo estaban las cosas en el torneo: «Había que mirar. Ha habido un par de opciones. El putt de eagle del 13 pensaba que lo iba a meter, ha pasado cerca. Seguía mirando y sobre todo cuando oyes ruidos y dices a ver qué ha pasado. Ha sido importante cuando hemos visto el 12. Tiger ha hecho par y Fran doble bogey, se han puesto a 11 y estaba a un golpe del líder sabiendo que si acababa bien iba a haber opciones».

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Cuando finalizó su ronda, todavía no sabía quién se enfundaría la Chaqueta Verde. Y aunque la opción de Tiger le seducía, Jon sentía más cercanía por Molinari: «Sería muy bonito que ganase Tiger, una historia bonita que contar, pero a la vez teniendo a Fran (Molinari) y Pello (Iguarán, su caddie), me gustaría verles ganar».

En esta última jornada del Masters, Rahm ha compartido partido con Mickelson. Un emparejamiento especial que le ha permitido pasar una ronda con el hermano de Phil, que fue su mánager: «Da igual con quién juegues. Con Phil (Mickelson) un poco más cómodo porque he jugado mucho y hablas más y nos divertimos un poco más, aunque al final de la vuelta en los últimos hoyos no creas que hemos hablado mucho. Ha sido más especial para mí andar estos 18 hoyos con Tim (Mickelson). Me lo ha dicho en el 15, cuando he pegado el golpe a green, las cosas se acercaban, lo especial que era y me iba dando ánimos. Al final fue mi entrenador cuatro años, mi manager, ha sido mucho más especial en ese sentido».