Jon Rahm terminó visiblemente enfadado su tercera ronda en el Masters. Todas las trampas del Augusta National que había logrado esquivar durante las dos primeras jornadas de competición y en la mañana del sábado, en la que logró alcanzar el liderato con nueve bajo par compartido con otros cuatro jugadores, se cruzaron en su camino por la tarde.
El de Barrika fue más expresivo que nunca cuando le preguntaron cómo estaba después de hacer 72 golpes en su vuelta y terminar a siete del líder, Dustin Johnson: «Pues de mala hostia, no sé qué decir, o sea, el barro del 8, el barro del 18, golpes que… ¿qué haces? En el 18 no tenía ni idea, en el 8 sí, y da igual qué palo pegue acababa a la izquierda».
El barro le ha jugado una mala pasada a Jon, incluso en el último hoyo, en el que no fue capaz de salvar el par para salir al menos mañana el dobles dígitos rojos y soñar con la remontada: «Y luego el resto no he podido meter un putt. Me ha salvado hacer dos birdies en el 14 y el 15, luego una que tenía en el 16 que podía acabar fuerte me ha botado… No sé, me jode acabar con bogey porque he pegado un buen drive y un buen segundo golpe y estaba otra vez 50 metros a la izquierda otra vez por el barro. No sé qué decir, mala suerte. Intento ser siempre positivo, pero es que ahora me cuesta. Estoy ahora a siete golpes, mal tema, no sé qué decir».
Jon Rahm ocupa la séptima posición de la clasificación en el Masters, a falta de 18 hoyos, empatado con Sebastián Muñoz y Patrick Reed. Por delante, además de a un extraordinario Dustin Johnson (-16), el de Barrika tiene a Sungjae Im, Abraham Ancer y Cameron Smith (los tres con -12), Dylan Fritelli (-11) y Justin Thomas (-10).
