Jon Rahm (-6) ha finalizado su participación en el Masters de 2021 con una vuelta para el recuerdo. Y para el análisis, desde luego, porque hay alguna peculiaridad en su actuación de hoy que verdaderamente nos sitúa ante una obra maestra de tee a green en un Augusta National que, sin ser el del jueves, mostraba una versión mucho más seria y exigente que el viernes y el sábado.
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Una vuelta maravillosa para el análisis, decíamos. Porque el de Barrika ha firmado una ronda inmaculada de 66 golpes, sin un solo borrón en la tarjeta y, mucha atención, sin haber conseguido enchufar un putt de más de tres metros. Vaya por delante: es la decimoquinta ronda de competición en Augusta que Jon cierra al par o por debajo del par, desde que hiciera un 75 en la primera ronda de 2018 y hasta la fecha. Y no es ninguna broma: el récord en este apartado es de Tiger Woods y Jon lo tiene ahí, al alcance de la mano, puesto que el de Cypress llegó a encadenar 16 vueltas al par o por debajo del par entre 2007 y 2011, sólo una más que el español.
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Pero recuperemos el hilo: Jon ha protagonizado hoy una remontada profunda y sostenida, tal y como le pedíamos ayer. Ha cazado la friolera de quince greenes en regulación y se ha hartado de tirar putts de birdie desde esa distancia que va entre los cuatro y los cinco metros, sin meter ni uno solo de ellos. Ni uno solo. Se dice rápido, pero hasta hoy casi se antojaba imposible entregar tal registro en el Masters sin embocar ni un solo putt de más de tres metros. Seamos más exactos: en el hoyo 8 enchufaba hoy su putt de birdie más largo desde once pies, que son exactamente 3,35 metros. El español se ha peleado durante toda la semana con la velocidad de los greenes, sin encontrar el modo de sentirse realmente a gusto. Se las ha arreglado para no meterse en líos (sólo dos tripateos en toda la semana), muy acertado desde las distancias más cortas, donde la velocidad del piso no es tan determinante.
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La pregunta con la que titulamos esta crónica tiene todo el sentido del mundo, por tanto, porque se trata casi de un auténtico Expediente X. Pero podríamos reformularla y ampliarla a toda la semana, porque resulta que Jon Rahm sólo ha metido un putt de birdie de más de tres metros a lo largo y ancho de las cuatro rondas, aquel que convirtiera ayer en el 16, desde 16 pies (4,80 metros). Ni uno solo más. De los otros ocho birdies que sumaba en los primeros 54 hoyos ninguno llegaba desde una distancia más allá de los 2,10 metros. ¿Es o no es una burrada cósmica? Incluso, el que embocaba hoy en el hoyo 2 para su único eagle de la semana, llegaba desde una distancia de apenas dos metros después de pegar un tirazo soberbio.
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Antes, estaba a punto de embocarla desde la calle en el 1. Y cuando se dice a punto, es literal. Después, pegaba el mejor tiro que se ha visto en el día en el hoyo 4, el par 3 más complicado del Augusta National (erraba ese putt de birdie desde dos metros…). De nuevo, excelente hoyo 5, no menos excelente el 6, una buena recuperación en el 7, otra en el 9, un gran hoyo 10, extraordinario el 12, gran tiro en el 16, mega salida en el 18… Una apoteosis para una señora remontada que nos va a dejar a Jon al final del día cómodamente instalado en el top ten del torneo (y van cuatro seguidos en Augusta), y ya veremos si incluso le llega para conquistar el top 5. Digamos que Kepa, su primer hijo nacido hace poco más de una semana, ha venido al mundo con un pan debajo del brazo, como suele decirse. Será que ha salido al padre, que lleva un saco de hogazas a casa después de cada torneo.
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