Hoyo 11 del Masters de Augusta. De nombre, ‘White Dogwood’. Uno de los principales cambios del campo este año. Se han añadido 15 yardas de distancia y el tee se ha movido a la izquierda. Además, se han extirpado un buen número de árboles a la derecha de la calle.
Conclusión, el hoyo está un poco más ancho y más largo. Apunten que lo de más largo no es ninguna cuestión baladí. Ya era un par 4 eterno y ahora se ha estirado hasta las 520 yardas. Es más largo, por ejemplo, que el hoyo 13, par 5.
Uno de los puntos de atención más interesante del Masters que se disputa la próxima semana será comprobar cómo afectan esos cambios en uno de los hoyos tradicionalmente más difíciles del Augusta National. El año pasado fue el segundo más complicado con una media de 4,40 golpes. Históricamente es también el segundo más difícil con 4,30 golpes. Un hueso.
El primer avance de lo que nos podemos encontrar lo ha hecho Rory McIlroy. El norirlandés ha estado dos días de esta semana en Augusta. Ha jugado solo, sin socios, sin distracciones. Ha hecho un examen exhaustivo de los cambios y de las condiciones. Se lo ha tomado muy en serio.
Lo que cuenta McIlroy no es ninguna broma. Jugó el campo temprano y tarde. Un día pegó el hierro 4 y el siguiente utilizó el hierro 6. Rápida composición de lugar. Una analogía facilona. Si McIlroy ha pegado el hierro 4 de dos en el 11, qué tendrá que pegar Bernhard Langer…
«Obviamente, el hoyo está bastante más largo. La calle es más ancha, por lo que si fallas a la derecha aún tienes opciones de llegar a green. También está mucho más difícil la parte derecha de green. La recuperación va a ser más complicada desde esa zona. Definitivamente, creo que se va a jugar más difícil que en años anteriores… y ya era uno de los más difíciles», comentaba Rory esta semana.
Los otros cambios que se han hecho en el Augusta National son en el 15, que se ha alargado también unas 20 yardas, así como los greenes de los hoyos 3, 13 y 17, que son nuevos.
Además, McIlroy ha explicado su decisión de saltarse el Match Play y jugar esta semana el Valero Texas Open. «Prefería llegar al Masters disputando antes un torneo stroke play que match play. La mentalidad es diferente y he querido hacerlo así. Tampoco soy muy fan del nuevo formato del Match Play. Tiene sus pros y sus contras, pero me gustaba más cuando era eliminación directa ronda a ronda», afirma.
En cuanto a la presencia o no de Tiger Woods en Augusta, Rory lo tiene muy claro. «Ojalá pueda jugar, por él y por el torneo. Creo que no hay ninguna duda de que su presencia le da otra dimensión a la semana. Nadie sabe lo que hará, pero creo que hay pocas cosas que le gusten más a Tiger que demostrar al mundo que estaba equivocado en sus predicciones, incluso de demostrárselo a él mismo», apunta.
