Gonzalo Fernández Castaño es el tercer español que jugará el fin de semana en Turnberry. El madrileño ha firmado una trabajadísima vuelta de 72 golpes, dos sobre par, para un total de +1. Está a seis golpes del líder, con opciones a todo justo antes de la jornada del movimiento. «Habrá que moverse, pero hacia arriba», aseguraba Gonzalo nada más terminar su vuelta, pensando ya en mañana…
Lo cierto es que Fernández Castaño ha subido un escalón más en la extraordinaria y sólida trayectoria que lleva como golfista. Después de fallar el corte en el Open USA, jugando muy bien al golf y mermado por las condiciones meteorológicas, el español quería demostrarse a sí mismo que puede estar con los mejores en estas grandes citas.
Sí, es cierto que ya pasó el corte en el primer Open Británico que jugó, pero no tiene nada que ver con esta edición. Entonces, en 2006, fue a disfrutar de la experiencia, sin nada que perder y mucho que ganar. Este año, sin embargo, ha acudido a Turnberry como uno de los mejores jugadores del momento, con cuatro segundos puestos a sus espaldas, jugando muy bien al golf y, sobre todo, convencido de que puede aspirar a todo.
Por eso, no sólo pasar el corte, sino hacerlo en estas condiciones y estando bien colocado para el fin de semana, es un paso más en su carrera, un estímulo. Y eso que el propio Gonzalo asegura que «quizá lo que me falta para estar peleando por el torneo es creérmelo cuando me pongo encima de la bola, tener más confianza porque la verdad es que estoy pegando golpes de mucha calidad». Pues argumento tiene muchos para creérselo.
Hoy ha superado una jornada muy difícil que se le puso cuesta arriba en el triángulo de las Bermudas de este campo: los hoyos 8, 9 y 10. Fueron tres bogeys seguidos que los explica así el madrileño. «En esa zona del campo sopla mucho el viento y viene de la izquierda. A cualquier jugador profesional diestro, el viento de la izquierda es el peor que hay porque te mueve mucho el palo y tiendes a compensar, pero a mi me perjudica mucho más. Es que no puedo con él. Además, yo juego normalmente al fade y perjudica más. De hecho, en el tee del 9, cuando he visto ese viento, le he dicho a mi caddie: ¿qué hago? ¿me voy?», relataba con una sonrisa en la boca.
A la dureza de las condiciones meteorológicas, por el viento del norte, se han unido también otros dos factores, uno general y otro particular para Gonzalo. El general son las posiciones de bandera. «Yo hay algunas que he visto muy mal, inaccesibles con este viento. La del 11 y la del 9 estaban imposible», explica.
En cuanto al asunto particular tiene que ver con Tiger Woods, que iba en el partido de delante. «Hoy me ha afectado bastante jugar detrás de Tiger porque había mucho movimiento, mucha gente para arriba y para abajo, muchos fotógrafos… Parece una romería». Para terminar y para que se hagan una idea de la dureza de la jornada, Gonzalo, entre risas, recordaba que «hasta se nos ha roto el paraguas cuando ha caído el chaparrón fuerte. Menos mal que lo hemos podido arreglar con un remiendo casero».
Todos estos condicionantes, absolutamente reales, no hacen otra cosa que añadir más mérito a la vuelta que ha firmado el espigado golfista español.
Gonzalo ha subido hoy otro escalón en su carrera y viendo la temporada que lleva no descarten nada para el fin de semana. Si él no lo hace… «Estoy a seis golpes y quedan 36 hoyos por delante en un campo que puede pasar cualquier cosa. Queda mucho camino por recorrer».
