Gonzalo Fernández Castaño vela armas en Whistling Straits con la certeza absoluta de jugar el fin de semana del cuarto 'major' del año, y con la sensación real (aunque nunca sea duradera en golf…) de haber jugado por momentos con gran solidez y hasta brillantez…
Ayer jugó 20 hoyos, y además las condiciones de juego exigieron mucho a los profesionales. Nos lo comentaba el madrileño después de acabar su vuelta:
"La verdad es que estoy algo cansado. Han sido dos días muy largos con todos los parones y, si a eso le juntas que el campo y el viento exigen tanto, al final del día terminas mentalmente agotado. Ninguna noche he aguantado más allá de las 22,30 despierto…".
Así analiza el torneo y, en concreto, su segunda vuelta, en la que acabó entregando un 73, tras un inicio fantástico con dos birdies:
"Los primeros nueve hoyos de la segunda ronda fueron también muy sólidos. Como los 18 de la primera. La verdad es que el jueves fue una lástima que no acertara más con el putter: estuve muy cobarde y me costaba llegar al hoyo. Pude hacer muy pocas. El viernes, ya en el final de la primera ronda, me dolió mucho el bogey que hice en el 17, porque la dejé a escasos cinco metros del hoyo (es un par 3) y tripateé".
"Por último, los nueve segundos hoyos de la segunda ronda fueron más de supervivencia. Empecé a pegarle un poco peor a la bola. Me encontraba más acelerado, probablemente a causa del cansancio y también por la tensión de estar arriba".
En todo caso, el balance hasta ahora no puede ser mejor, sobre todo teniendo en cuenta cómo se encontraba de juego y moral hace menos de un mes:
"Estoy muy contento por haberme quitado la espina del corte en el British. Tengo muchas ganas de hacer un buen fin de semana y meterme en los puestos de arriba. A ver si consigo afinar un poco más con el putter, porque creo que si es así puedo dar guerra".
