Inicio PGA Championship PGA Championship 2013 Hay un fantasma que no me deja dormir…

Hay un fantasma que no me deja dormir…

Compartir


El PGA Championship encara una apasionante recta final después de una dura tercera ronda en la que sólo once jugadores han vencido al recorrido Este de Oak Hill. Uno de ellos ha sido el nuevo líder, Jim Furyk (-9), que diez años después se prepara para ganar el segundo Grande de su carrera. Jugará en el partido estelar junto a Jason Dufner (-8), que ha defendido sus opciones con gallardía, superando impasible (esto no es noticia) las dificultades y un tempranero doble bogey…

 

El recorrido de Rochester se ha puesto aún más serio. Los greenes ya no acunan los disparos de nadie, aunque todavía no se hayan puesto duros como piedras. Las bolas al fin corren tímidamente por las calles, lo que ayuda a ganar distancia a los jugadores, pero también mete más en juego el rough lateral. Sea como sea, y aunque no se puede descartar una tarjeta rompedora, también es posible que el ganador no llegue al doble dígito bajo par.

El puñado de candidatos a la victoria, que no llega a la decena, vela armas esta noche de agosto. Y se hace difícil imaginar a un veterano como Furyk despierto en la cama, con los ojos como platos, maquinando el modo de meterle mano a la jornada decisiva. Sin embargo, no hay que descartar el insomnio porque tiene fantasmas recientes que espantar. Los que dan vueltas en su cabeza desde junio, agosto y septiembre de 2012. Los primeros le recuerdan inmisericordes cómo se le escapó el US Open en el Olympic de San Francisco, en los tres últimos hoyos del torneo. Los segundos lo martirizan con el amargo recuerdo del Bridgestone de hace doce meses, aquel que entregó con un doble bogey en el hoyo 72, y los terceros aún lo fustigan con el milagro de Medinah y sus dos bogeys finales del domingo en el individual ante Sergio García. En realidad, Furyk sólo tiene que hacer lo que viene haciendo esta semana: tener siempre la bola en juego y patear con ese aplomo. Pero esto es muy fácil de decir…

También puede haber revuelo de fantasmas en la habitación del hotel de Dufner. Al fin y al cabo dejó escapar este mismo torneo hace un par de años de un modo dramático, cuando dilapidaba una diferencia de cuatro golpes en la recta final y después fallaba algún putt muy cortito en el desempate con Bradley.  

¿Y qué decir del partido que irá inmediatamente por delante de los dos norteamericanos, el de los suecos Henrik Stenson (-7) y Jonas Blixt (-6)? A ellos les persiguen espectros ancestrales, que no dejan de preguntar: «¿de verdad vas a ser tú el primer sueco que gane un Grande?»

Blixt es sin duda la gran revelación y sorpresa de la semana. Aparentemente, debiera ser el primero que reculara el domingo, pero a estas alturas y en vista de su poderío en los greenes, es mejor no poner la mano el fuego por nada.

Adam Scott (-5) la pifiaba este sábado con un doble bogey en el hoyo 16, pero hay que seguir contando con él. El australiano ya tiene hecha la temporada con su chaqueta verde, pero quizá le ronde también algún mal pensamiento esta noche. Uno que llegue directo de Muirfeld…

Hay fantasmas para todos los gustos, y de todos los colores y tamaños. Rory McIlroy (-3) ha maniobrado espléndidamente con este 67 de sábado y aún puede luchar por defender su título de 2012. Aunque si alguien lleva meses reproduciendo pesadillas de golf, despierto y dormido, ese es el joven norirlandés. Lee Westwood (-3) vuelve a llamar a la puerta y no va a salir en el último partido, como hace unas semanas en el Open Championship, lo que probablemente le ayude a conciliar el sueño. Del inglés y sus fantasmas en los majors ya está todo dicho, escrito y demostrado, aunque él no haya reconocido jamás que se le aparezcan. En este sentido, también tiene algo de ‘fantasma’ el bueno de Lee…

Sergio García (+2) ha perdido todas sus opciones en la tercera vuelta con un 75 demoledor. Igual que Justin Rose (77 golpes) o Matt Kuchar (76). El español había avisado de que no podía ganar sólo con el putter, convocando así a las meigas (que haberlas, haylas), y hoy se le aparecieron de golpe y porrazo todos los monstruos de este deporte en el primer tercio de la vuelta, donde firmaba dos bogeys y dos dobles bogeys. Tampoco le fue mucho mejor a Miguel Ángel Jiménez (+5) y el honor de la Armada lo salvaba Rafa Cabrera (+2), entregando una de las escasas tarjetas bajo par de la jornada (69 golpes) y escalando más de veinte puestos en la clasificación. Este domingo se ha ganado el derecho a seguir mejorando en la tabla y a jugar junto a Justin Rose, un campeón a quien el canario admira por su bonhomía y naturalidad.

Epílogo fantasmagórico: el Número 1 del mundo, Tiger Woods (+4), lleva en realidad dando vueltas en la cama desde el miércoles, y eso que venía de hacer diabluras en Akron. Hoy necesitaba un arranque rompedor e intuía que una tarjeta en torno al 65 le daría opciones. Nada. Se estrelló contra un muro una y otra vez y 2013 se irá sin que él haya recortado distancia al gran Jack.  Es cuestión de tiempo que lo haga, nadie lo dude, pero es una evidencia que en los últimos tiempos no encara las semanas de Grande con la misma audacia y determinación de antaño. Entonces, veamoslo todo de este otro modo: si hasta él sufre alucinaciones, ¿qué no sufrirán los demás?