Jim Furyk es el principal candidato al triunfo en el PGA Championship. Es el líder, así que un respeto. El veterano jugador tendrá este domingo 43 años, dos meses y 29 días.
Los cuarenta se vuelven a poner de moda. Si gana en Oak Hill será la primera vez desde 1986 que hay dos victorias consecutivas en grandes de cuarentones. El anterior fue Phil Mickelson en el Open Championship de Muirfield, curiosamente, también con 43 años.
Furyk juega en Rochester casi, casi, como en casa. Lo explica: «mis padres crecieron en Pittsburgh porque mis abuelos trabajaban aquí en un molino, así que de algún modo, mi ética de trabajo procede también de Pittsburgh», señaló. Desde luego, no lo hicieron nada mal. Pocos jugadores en el PGA Tour tienen una ética de trabajo mejor que el bueno de Furyk.
Hoy busca su segundo triunfo en un grande. No ha sido nunca un gran rematador. Ha salido como líder o colíder el domingo en 21 ocasiones y ganó nueve de ellas. No será fácil hoy, al fin y al cabo tiene a muchos y muy buenos por detrás. Hay seis jugadores en cuatro golpes, entre ellos un ganador de grande como Adam Scott.
Hablando del australiano, mucho cuidado con él. Ganó el Masters de Augusta saliendo a cuatro golpes del líder, la misma distancia que tiene en este PGA. «Me gustaría ser el líder, pero cuatro golpes es una buena distancia», señaló.
Tiger Woods no ganará tampoco su decimoquinto grande en 2013. El Número Uno del mundo no podía ocultar su decepción. No hay paños calientes esta vez: «Ha sido duro para mí, no he jugado bien, no le pegué bien, no hice nada de nada. Día muy difícil».
Enfrente, Rory McIlroy. El norirlandés está a seis golpes del líder, lejos, pero con opciones. Suficiente para volver a sonreír. «Está muy bien verse de nuevo en la situación de pelear un domingo por el título», afirmó.