Inicio PGA Championship PGA Championship 2014 La intrahistoria del golpe que decidió el PGA Championship

La intrahistoria del golpe que decidió el PGA Championship

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McIlroy admite humilde que tuvo suerte en el 10 y asegura: «no había imaginado un verano así ni en el más salvaje de mis sueños»

El golpe clave de este PGA Championship es el segundo de McIlroy en el hoyo 10 de Valhalla. El norirlandés asesta un bendito estacazo con su madera 3 y la deja a dos metros para eagle. Ahí cambia el torneo y se le empieza a poner cara de Rory.

Es un golpe extraordinario, pero con dosis de suerte. Lo cuenta el propio McIlroy, que además se ser un grandísimo campeón demuestra una humildad enorme… “Pegué una madera 3 desde 284 yardas. La bola voló unos diez metros más baja de lo que yo buscaba y la línea que cogió fue unas 15 yardas a la izquierda de lo que pretendía. Tuve suerte, verdadera suerte. También se necesita un punto de suerte para ganar un major y ahí la tuve yo. No pegué un buen golpe, pero funcionó. Sinceramente, parece que cuando uno atraviesa un buen momento como yo, todo está dispuesto a caer de tu lado”.

En el hoyo 17 se encontró con uno de los poquitos fantasmas que lo acechan, pero no le dio tiempo ni a verlo… “El golpe del hoyo 17 fue muy bueno. Mis estadísticas desde los búnkers de calle en los dos últimos años no son muy buenas, para encontrarme hay que buscar por debajo de los 100 mejores del PGA Tour, sin embargo fui capaz de pegar el golpe que necesitaba en el momento exacto. Sinceramente, no pensé demasiado en el golpe, ni en lo que me estaba jugando, sólo vi que se estaba poniendo el cielo cada vez más negro y quería pegar rápido, coger el putt, terminar el hoyo y correr al 18. Creo que me vino bien no pensar demasiado el golpe”.

El resultado ganador que tenía en su cabeza y lo que pensó mientras esperaba en el 18… “El resultado que tenía en mi cabeza para ganar era un 65 para un total de -18. Por suerte, fue suficiente con -16. En el tee del hoyo 18 tenía mucha energía. Me sentía como si pudiera jugar otros 18 hoyos después. Estaba disfrutando el momento y buscaba con la mirada a mi padre o a mi entrenador, pero no los vi. Imaginé que estarían en la zona de entrega de tarjetas y simplemente pensé en lo que estaba haciendo. Nunca había ganado tres torneos seguidos, nunca dos majors en el mismo año, es una experiencia total para mí”.

Lleva con tranquilidad la comparación con Tiger Woods… “No me supone una presión extra que me comparen con Tiger Woods. Es lógico que ocurra esto después de una racha tan buena como la que he tenido. Es un orgullo y una responsabilidad, pero no me añade más presión. Simplemente, como dije en el Open, tengo 25 años y jamás pensé que estaría donde estoy ahora mismo. Sólo vivo el día a día y pienso en el presente. Ya veremos qué pasa después”.

Los cambios de entrenador los deja para otros… “Llevo desde los siete años con el mismo entrenador, Michael Bannon, y todo funciona perfectamente. No hay ninguna necesidad de cambiar nada”.

El ‘Rory Slam’, pensando en Augusta, pero todo a su debido tiempo… “No había imaginado un verano así ni en el más salvaje de mis sueños. He jugado el mejor golf de mi vida. Creo que he demostrado a muchos que sé cómo acabar el trabajo. Claro quiero ganar el Masters, pero aún queda tiempo, a partir del 1 de enero empezaré a pensar en Magnolia Lane y en Augusta”.