Jon Rahm (-1) ha firmado un gran comienzo en el PGA Championship, último Major de la temporada que se está jugando en el exigente recorrido de Quail Hollow. Rahm ha entregado una tarjeta de 70 golpes, ha derrotado al recorrido de Carolina del Norte y se ha colocado arriba en la clasificación, a tres golpes de la dupla de líderes, Thorbjorn Olesen (-4) y Kevin Kisner (-4).
Rahm ha presentado su candidatura para ganar el PGA Championship y no sólo por el resultado que ha hecho hoy, sino por la manera de hacerlo. Prácticamente no ha podido hacer ni un sólo golpe más. Su despliegue desde el tee ha sido extraordinario y la realidad es que se ha dejado algún que otro golpe en el campo. Si acaba con una tarjeta de 68 en lugar de 70 no le habría extrañado a nadie.
Rahm ha conseguido cinco birdies y cuatro bogeys, de los cuales dos han sido con sendos dolorosos tripateos. Tanto en el 4 como en el 16 se le han escapado dos putts muy cortos. Aunque no sería justo ponerle algún demasiados peros a su putter, ya que también ha metido algunos de birdie muy buenos, especialmente dos consecutivos en el 14 y 15.
La sensación que ha ofrecido Jon, dando una réplica perfecta en su partidazo con Rickie Fowler (sensacional su -2 pese a haber cometido un triple bogey) y Rory McIlroy (+1) es que si mantiene el excelente nivel desde el tee lo normal es que llegue al domingo con opciones. Pequeños detalles han impedido que acabara empatado en cabeza o como mucho a un golpe.
Rahm ha sido uno de los mejores jugadores de la tarde, un turno donde las condiciones han estado algo más difíciles, ya que los greenes se han ido endureciendo de manera notable y se hacía realmente muy difícil dejarse opciones de birdie cercanas. De los 24 jugadores que han acabado bajo par, sólo nueve (poco más de un tercio) han salido en el turno de tarde, y sólo cinco han podido bajar de 70 golpes, mientras que por la mañana fueron nueve.
En cuanto a los gallitos del PGA, hay que destacar los inicios de Koepka (-3), Fowler (-2), Matsuyama (-1), Dustin Johnson (-1) y Jason Day (-1). Como ven los compañeros de viaje de Jon en el resultado de -1 son de alta alcurnia.
Por la tarde también se han visto algunos batacazos muy serios, caso de Phil Mickelson (79 golpes). Es la segunda vez en su carrera que no hace ningún birdie en una vuelta en el PGA y podría fallar su primer corte en este torneo desde 1995. El otro gran batacazo es el de Jimmy Walker, defensor del título, que acabó con 81 golpes, con pie y medio fuera del torneo.
El corte provisional del torneo se ha situado en +3, una buena muestra de la dificultad de Quail Hollow, y eso que las condiciones fueron muy buenas. Si mañana llueve con intensidad por la tarde, tal y como está previsto, no hay que descartar que el corte se vaya a +6 ó +7.
Precisamente, en +3 ha terminado Rafa Cabrera Bello. La vuelta del jugador canario tiene un mérito enorme, ya que ha sabido sobreponerse a un inicio de torneo espantoso, con tres bogeys en los primeros cuatro hoyos. Una pesadilla en un día tan duro. Sin embargo, su parcial en los 14 hoyos restantes, incluyendo la dura Milla Verde, ha sido de PAR. Un balance excelente que lo sitúa dentro del corte provisional y con la ventaja, a priori, de que mañana juega por la mañana. Rafa ha jugado muy sólido de tee a green y únicamente le faltó algo más de inspiración en los greenes para haber conseguido algún birdie más, aunque lo cierto es que las superficies están tan rápidas que realmente es muy difícil meter putts. Por ejemplo, Spieth y McIlroy no han embocado ninguno de más de dos metros.
Así las cosas, los otros dos españoles presentes en el PGA tendrán que hacerlo bien en la segunda ronda para jugar el fin de semana. Sergio García ha empezado con +4 y Pablo Larrazábal está con +6.
