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Un infiltrado en el PGA: Dos pies, el drive de marras y los mapaches

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Jorge Campillo, durante su primera vuelta en el PGA Championship. (© Golffile | Scott Halleran)

Es obvio que lo que más llama la atención y duele es el triple bogey de Jorge en el hoyo 18. En cierto modo ese hoyo ha roto una vuelta que iba muy bien, pero desde mi punto de vista la clave ha estado un poco antes, en el 16. Mi hermano ha fallado la salida por poco por la derecha y ha terminado en el rough, no muy bien colocada.

Tenía 70 yardas al hoyo, con un búnker por delante y la bandera corta. Ha pegado un buen segundo golpe al que le ha faltado muy poco. Ha botado en el talud del búnker, que en ese caso está peladito, como las zonas de escape alrededor de green, ha intentado remontar hacia arriba para llegar a green, pero en el último momento ha caído hacia atrás a la arena. Ha sido una pena porque le ha faltado muy poco para ser un golpazo. Si esa bola rueda medio metro más, dos pies, se habría quedado dada y, sin embargo, el resultado ha sido una sacada infumable. Para mí ha sido un momento clave porque es un bogey tonto en un hoyo fácil y después, seguramente por la falta de competición, le ha costado remontar.

En el 17 caía otro bogey cruel con tres putts y en el 18 llegó la liada. Falló la calle por la izquierda, rebotó en un árbol hacia atrás y terminó en el agua. Dropó, pegó el tercer golpe con la madera 3 y volvió a fallar por la izquierda al rough. Triple bogey doloroso porque hasta el 16 estaba jugando muy bien, muy sólido, con opciones de birdie en todos los hoyos menos en el 13… Y no es precisamente un tramo fácil del campo.

Lo bueno es que ha terminado jugando también muy bien a partir del hoyo 4. Ha acabado arriba y creo que puede ser una buena señal para la segunda vuelta, para tratar de pasar el corte. Como digo, ha jugado bien. De las calles que ha fallado yo he contado hasta siete en el primer corte de rough, que no es como la calle porque no tienes tanto control, pero casi. «No habré jugado muy bien, pero al menos debo estar el primero en las estadísticas de primer corte», bromeaba Jorge conmigo tras la ronda.

El día ha tenido tres anécdotas bastante curiosas:

La primera tiene que ver con el driver de marras de Bryson DeChambeau. Parecía que estaba escrito. Ha dado la casualidad que esta semana cada vez que hemos venido al campo de prácticas a dar bolas estaba allí DeChambeau pegando drives. Es de locos la cantidad de golpes que pega con ese palo. Perfectamente puede estar una hora seguida pegando drives. De hecho, lo comentamos. Le dije a mi hermano: «si tú que no pegas tanto el driver ni tienes esa velocidad de palo has partido ya dos o tres en los últimos años, cómo será lo de DeChambeau…». Pues bien, para cerrar el círculo perfecto de la anécdota resulta que he visto en directo cómo lo ha partido al apoyarse en el tee del 7. Ha dado la casualidad que Jorge estaba jugando el 2 y los dos hoyos están enfrentados. Desde donde estaba me he parado a ver la salida de DeChambeau (no te dejan estar en el campo como espectador, sino que debe seguir un partido de principio a fin) y he visto cómo se le rompía el palo… Y claro, me he acordado de nuestra conversación.

La segunda anécdota ha pasado en el tee del 17. Jorge se estaba preparando para pegar su golpe de salida y han aparecido un par de mapaches en el tee. Jesús Legarrea ha tenido que espantarlos, tarea que no es fácil. Estos ‘señores’ están muy acostumbrados a la presencia humana. Hay que tener en cuenta que este campo está lleno todos los días del año y ahora que se juega sin público, los mapaches no tienen de momento la habilidad de distinguir entre profesionales y amateurs…

Por último, una curiosidad con un golpe de mi hermano. Esta semana hemos visto varias veces el tiro famoso de Tiger Woods en la Presidents Cup de 2009. Ése en el que acaba con una postura rara en los brazos, como estirados hacia la izquierda. Ha dado la casualidad que Jorge se ha quedado en el mismo sitio en el hoyo 9 donde estaba Tiger antes de pegar ese golpe. Y le ha salido un tirazo en línea a la bandera. Una pena que se ha quedado algo corto, unos ocho o nueve metros, pero no me he resistido y le he hecho el gesto de Tiger y nos hemos reído… Otro buen indicio para la última ronda.

*Pepe Campillo es el hermano de Jorge Campillo y vive en San Francisco. Es de los pocos que puede estar dentro del campo siguiendo el juego en el PGA Championship.

*VÍDEOS: El primero es el birdie en el hoyo 15, el segundo son los mapaches en el tee del 17 y el tercero es el birdie del hoyo 5.