La jornada de prácticas del martes en el TPC Harding Park luce como un día cualquiera en Bilbao. Hay niebla espesa, lluvia y fresco. Apenas se llegan a los 16 grados a la espera de que el sol se abra paso y caliente un poco el ambiente. Nada que pueda asustar a Jon Rahm. «Parece un día cualquier en Larrabea, salvo porque los árboles son diferentes. Seguramente sea más como Pedreña«, aseguraba entre risas durante su comparecencia de prensa oficial previa al PGA Championship.
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Estamos en semana de Grande, el primero del año. Es un asunto serio, pero muchas de las preguntas hacia Jon han hecho referencia al Número Uno del mundo. Lo lógico. Lo cazó tras ganar el Memorial, lo mantuvo durante dos semanas y lo perdió este lunes tras la victoria de Justin Thomas en el WGC FedEx St Jude Invitational. Ha sido breve, aunque no ha pasado nada que preocupe a Jon Rahm o le vaya a quitar el sueño. Es más, hay otras cosas que lo tienen ahora mismo más tenso que esa ida y venida circunstancial del cetro.
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«Son cosas que pasan. El domingo estaba más enfadado por lo mal que jugué que por el Número Uno. Lo perdí yo porque jugué mal y Justin jugó increíble, pero por suerte esta semana tenemos una nueva oportunidad de recuperarlo y a por ello vamos. Lo más importante es volver a jugar bien para conseguirlo otra vez. Estamos en una época en la que va a ser difícil que alguien se distancie mucho en el Número Uno. Es algo parecido al tenis, están Rafa Nadal, Federer y Djokovic, quién es el Número Uno, pues depende de quién esté jugando bien en este momento. Va a ser difícil que se repita la dominación de Tiger Woods, va a ser más de alternancia y ojalá yo sea uno de ellos. Esta semana no pienso en el Número Uno, la prioridad es el Grande», explicó el golfista de Barrika.
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Lo que de verdad preocupa a Jon en estos momentos no es tanto el Número Uno como su swing. No se encontró cómodo en ningún momento la semana pasada y entiende que ya son demasiados torneos así para lo que él suele acostumbrar. «Me sentí mal todo el tiempo y necesito encontrar de nuevo esa buena sensación. Han sido cinco semanas malas de las últimas seis. No recuerdo algo así en mi carrera. En el Memorial jugué muy bien y salió todo perfecto, pero el resto de torneos no he estado a gusto y me incomoda porque yo le doy mucho valor a la solidez. Una de las cosas de las que estoy más orgulloso es de mi consistencia y últimamente no la tengo», afirma.
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No es la primera vez que Rahm llega a un torneo buscando esa sensación que haga fluir a su swing. Ya le pasó por ejemplo en el Mutuactivos Open de España del año pasado. El primer día de prácticas pegó muy mal a la bola y falló muchos golpes, pero justo antes del torneo cogió la buena sensación que siempre va buscando y acabó ganando con mucha solvencia. En ello va a poner ahora sus cinco sentidos antes de empezar el PGA.
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Para Jon la explicación de su mal rendimiento la semana pasada en el TPC Southwind está precisamente en estas malas sensaciones y nada más. No cree que le afectara el hecho de ser su primera semana defendiendo el Número Uno. «Aún es pronto y no sé si todavía tengo procesado todo lo que pasó la semana pasada. En cualquier caso, creo que no es algo que me afectara mentalmente, no creo que hubiera diferencia por ser Número Uno. Simplemente, estuve tan mal con el swing que no tuve tiempo de pensar en otras cosas», explica.
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