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Contracrónica de la primera jornada del PGA Championship

Cuando don Rafael nos quebró, el Cielo enlutó

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Rafael Nadal
Rafael Nadal, en su comparecencia ante los medios este jueves.

Don Rafael Nadal Parera confirmó los malos presagios y el Cielo retumbó, enlutó, se ennegreció. Él nos enmudeció, nos quebró, desde Mallorca; los rayos y truenos (bendita agua, maldito el día) ocurrieron en Sevilla. A las cuatro de la tarde anunció el mejor deportista español de la historia (opinión personal e intransferible) que la lucha contra su cuerpo tiene un límite. Para. No se retira, pero necesita frenar en seco para tratar de retirarse con todos los honores, si sus severos problemas físicos se lo permiten, el año que viene, Juegos Olímpicos mediante. París, Roland Garros, la tierra batida… se quedan huérfanos este junio, cuando el fabuloso tenista balear solía estar alzando la Copa de los Mosqueteros. Catorce ha ganado. La quince, Dios lo quiera, tendrá que esperar a su colofón como profesional. Ojalá. Y Sevilla, tras meses y meses de plegarias para que el agua llegara, lloró con un tormentón de aúpa. Ha sufrido como un animal para intentar por todos los medios arreglar su lesión en la cadera y jugar en París, pero por primera vez desde 2005 no estará la leyenda de la arcilla en su templo.

Ya no entrenará, frenará en seco. ¿Qué hará Nadal ahora? No sabemos si sus padecimientos le permitirán disfrutar de su principal afición extratenística: el golf. Al menos podrá ponerse delante de la tele estos cuatro días y seguir a Jon Rahm (y a Adrián Otaegui, Adri Arnaus y Pablo Larrazábal) en el PGA Championship. Porque, cosas del destino y del retraso en las salidas por la helada nocturna en Rochester, prácticamente coincidieron la triste comparecencia de don Rafael y el arranque en el Oak Hill del Número Uno del mundo. «¡¡¡Vamos, Rahmbo!!!», chilló un aficionado yanqui (no español, vaya) cuando el vasco enchufó su primer birdie en el segundo hoyo que sonó a un «¡¡¡Vamos, Rafa!!!» de los de toda la vida.

Y entre pitos y flautas, entre la demora en el inicio y que el torneo va a ritmo de tortuga por las complicaciones del rough y demás hierbas (nunca mejor dicho), el menda se tiene que pirar. Rahm sólo lleva seis hoyitos, va bajo par y, sobre todo, está haciendo reír a Cameron Smith. Sin rencillas ni leches entre PGA Tour/DP World Tour y LIV Golf. Puedo prometer y prometo que viernes, sábado y domingo no me perderé un golpe. Pero ahora espera otro momentazo: la vuelta de la semifinal de la Liga Europa, vulgo Copa de la UEFA: Sevilla-Juventus. Ojalá nos mojemos en Nervión celebrando el billete a la final. No diré con quién voy, sólo daré una pista: no soy piamontés…

Resultados en directo del PGA Championship 2023