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Xander Schauffele conquista el PGA Championship con el resultado más bajo de la historia de los Majors

Schauffele tenía que hacerlo a lo GRANDE

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Xander Schauffele posa con el trofeo de campeón del PGA Championship.
Xander Schauffele posa con el trofeo de campeón del PGA Championship. © Mateo Villalba | CAPTURA SPORT

Hasta diez veces resopló Xander Schauffele en los apenas 120 metros que separan el green del hoyo 18 de la carpa de recogida de tarjetas. Resopló con su caddie, resopló al saludar a Collin Morikawa, resopló con su mujer, resopló con su hermano, resopló con su manager, resopló con su preparador físico, resopló con su entrenador, resopló con la novia de un amigo, resopló cuando recibió la felicitación de Bryson DeChambeau, resopló dándose un abrazo con Justin Thomas y resopló, vaya si resopló, cuando se sentó a firmar su tarjeta. Esa de 65 golpes grabada a fuego este domingo en el Valhalla Golf Club y que atestiguan que es, al fin, un ganador de Grande. Un ganador del PGA Championship. El primero de su carrera tras muchos intentos y doce puestos en el top 10.

Pocas veces una victoria en un major es tan merecida. Schauffele ha ganado de principio a fin, cazando el liderato en la primera jornada y sin soltarlo en ningún momento. Ha llegado a ir empatado, pero nunca por detrás. Ha hecho 65 golpes en la última jornada saliendo líder y ha firmado el resultado más bajo en la historia de los Grandes. Jamás se ganó un Masters, un US Open, un British o un PGA con un acumulado de -21. Tenía que ser Schauffele, el golfista que tiene la mitad de las cuatro rondas de 62 golpes que se han hecho en los majors. Es un Wanamaker de plata de ley. Xander tenía que hacerlo a lo GRANDE.

El PGA Championship ha brindado una ronda final fabulosa, excitante, repleta de emoción, con mucha calidad, golpes extraordinarios, muy buenos putts, magníficos approachs y hasta momentos increíbles de suerte. La pelea se definió rápido entre Schauffele, DeChambeau y Hovland. El resto se fue cayendo de la carrera. La irregularidad condenó a Theegala, la falta de acierto en los greenes desbancó a Lowry y Morikawa se olvidó de que para ganar esta semana era vital hacer birdies, a ser posible antes de llegar al hoyo 18 con todo el pescado vendido.

DeChambeau fue el gran superviviente. Sacó un birdie extraordinario en el 6, desde fuera de green, cuando el bogey llamaba a sus puertas. Logró una complicadísima recuperación desde el rough en el 9 y se le aparecieron todos los santos en el 16. Falló la salida muy a la derecha y la bola rebotó en un árbol para aparecer mansamente en la calle. Después, eso sí, aprovechó ese instante de fortuna con un tirazo espectacular a un metro de la bandera para birdie. Pegó otros tirazos buenísimos, como en el 2, 5 ó 13. Demostró una vez más que no se arruga cuando está arriba. Incluso, acabó con birdie para llevar aún más al límite si cabe a Schauffele. Le queda el honor dudoso de ser el primer golfista de la historia que acaba un Grande con -20 y no gana.

Hovland fue otro bravísimo competidor. Tardó en arrancar, pero cuando lo hizo se mostró guerrero y con una gran determinación. Su primer birdie cayó en el 5 y, apoyado en un putter enorme, se fue abriendo paso en la jungla para presentar su candidatura. Lo peleó hasta el final, hasta el último hoyo. Estaba como DeChambeau. Necesitaba un approach y putt en el 18 para llegar a -20. Pero no lo consiguió. Su approach fue algo pobre y su putt de birdie se escapó. Después, también se le escapó el de par, pero eso ya fue más anécdota que otra cosa. De una manera u otra, acababa tercero en solitario. El de birdie sí le dolerá la cabeza durante unos días, aunque finalmente no fuera suficiente para ganar.

Tras hacerse esperar tanto, Schauffele tenía claro que su primera victoria en un Grande no iba a ser fácil. El sufrimiento ha sido terrible. Ha jugado espectacular y aún así ha tenido que esperar al último putt, con suspense absoluto, vuelta al ruedo completa, para coronarse campeón. Ha pegado grandes tiros, ha hecho siete birdies y, sobre todo, ha reaccionado como un campeón tras el doloroso bogey del 10, su único error del día, con dos tiros sublimes en el 11 y 12. A partir de ahí, fue encadenando pares sin sufrir nada y hasta dejando por el camino una muy buena opción de birdie en el 14.

Parecía que el -20 sería suficiente, pero Schauffele ya sabía que no iba a ser fácil. DeChambeau lo puso al límite y le obligó a hacer el birdie en el 18. Y lo hizo. No fue la mejor salida, muy a la izquierda, huyendo despavorido del agua, lógico por otro lado, pero con un final raro. La bola se quedó en el primer corte de rough y tuvo que meter los pies en el búnker para pegar el segundo golpe. Fue sensacional y se dejó un approach de unos 35 metros. Dos golpes y ganaba el PGA Championship. Su tercer tiro se quedó un poco corto y el resto ya es historia. El putt de birdie se quería escapar por la izquierda, pero acabó entrando con un suspense brutal. Como tenía que llegar para Schauffele, sufriendo y a lo Grande. Como siempre ha sido en su carrera.

Resopla, Xander, resopla. Te lo has ganado.

Resultados finales del PGA Championship 2024