Eduardo de la Riva ha firmado 75 golpes en la tercera ronda del Open Championship y se encuentra con un acumulado de +8. Ha sido una jornada complicada, sufrida, sudada y con alguna pizca de mala suerte, sin embargo, incluso a las duras ha sabido sacar una sonrisa. Nos vamos al hoyo 13 de Muirfield…
Pega un buen tiro en este par 3, pero se equivoca de palo y se marcha largo. La pelota acaba metida en un búnker. Mala suerte. No sólo está en la trampa de arena, sino que además se le queda injugable, hundida, huevo frito y con un talud de algo más de dos metros a palmo y medio. Drama.
De la Riva no lo duda. Abre al máximo la cara del palo y se la juega. Espectacular. Consigue sacar la pelota y se deja un putt de cinco metros para salvar el par. “No podía hacerlo mejor. Me parecía imposible sacarla. Creo que no sería capaz de repetirlo”, explica el barcelonés. La pena es que no pudo poner el broche embocando el putt.
En cuanto a la ronda, Eduardo prefiere quedarse con todo lo bueno. “Es difícil pasarlo bien en el campo cuando estás haciendo bogeys como hoy, pero estoy intentando disfrutar cada momento. Es un grandísimo torneo, un espléndido campo, con los mejores del mundo, hoy he jugado con Martin Kaymer, el héroe de la Ryder, así que fenomenal”, asegura.
De la Riva hizo un birdie y cinco bogeys, tres de ellos desde el búnker en situaciones casi imposibles. “Me ha faltado un poco de suerte hoy, pero bueno, es lo que hay. No es fácil fabricar situaciones de birdie en Muirfield”, apunta.
