Rafa Cabrera Bello (-1) es uno de los pocos elegidos que aún sobrevive bajo par en el Open Championship. Está en el top ten, metido de lleno en la pelea por todo y aún se marchaba a casa mordiéndose el labio y rabiando.
El canario tiene madera de jugador grande y no se arruga en este tipo de escenarios, por mucho que Muirfield lleve a todos los jugadores con los pelos de punta. Se siente a gusto bajo máxima presión y se exige al límite. Por todo ello, pese a lo mucho, muchísimo bueno que ha hecho durante todo el día, minutos después de firmar la tarjeta no se quitaba de la cabeza los hoyos 11 y 18. “Han sido dos tonterías y me ha dado muchísima rabia fallar ahí y hacer bogey”, explica.
En el 11 pegaba un mal segundo golpe al que todavía no le encuentra explicación. Salió tipo ‘sapo’, pero sin la sensación de haberle pegado mal. Se quedó corto de green, en una posición criminal para hacer la recuperación.
Mientras, en el hoyo 18 tripateó desde unos quince metros después de que su segundo golpe inexplicablemente se quedara muerto en el green. “Ahí esperas que la pelota ruede, y mucho más saliendo desde el rough”, afirma. En cuanto a los tres putts, el primero, cuesta arriba, se quedó corto. “Después de patear todo el día con mucho cuidado cada vez que tienes un putt cuesta abajo no te atreves a darle de verdad y me he quedado corto”, argumenta.
Hasta aquí las sombras. El resto de la vuelta han sido todo luces, y muy brillantes. Cabrera está combinando dos factores esenciales para hacer un buen British en este Muirfield: está recuperando muy bien y aprovechando las opciones de birdie. Recuperaciones para enmarcar hoy han sido la del 5 (para birdie); la del 10, desde el búnker; la del 13, desde el rough alto o la del 16. Cada una de su padre y de su madre. Todas resueltas con maestría.
En cuanto a los birdies, hay un dato definitivo. Ha hecho nueve en 36 hoyos y sólo hay dos jugadores en todo el torneo, Martin Laird y Harris English, que han hecho uno más que él. Así se fabrica un top ten en un grande antes del fin de semana, jugando bien al ataque y a la contra.
Es el cuarto grande de Rafa Cabrera en su carrera y ha pasado tres cortes (US Open 2010, donde también peleó el fin de semana por todo, y British Open 2012).
