Inicio The Open Championship The Open Championship 2016 Guía esencial para entender esta sede del Open
Datos interesantes para entender y apreciar el escenario del open

Guía esencial para entender esta sede del Open

Compartir

 Un links de ‘reciente’ apertura: En 1878, hace por tanto 138 años, ya había seis hoyos en este terreno, cuando Troon era sólo Troon, sin el título de Royal, concedido en 1978, por su centenario.

– Aunque los autores y las reseñas no terminan de ponerse de acuerdo, parece que fue en 1885 cuando Troon completó su recorrido de 18 hoyos, más o menos parecido al actual, aunque no idéntico, ni mucho menos. De hecho, el Postage Stamp, su par 3 icónico (hoyo 8) no fue construido hasta el año 1909 por Willie Fernie (un ganador del Britis Open, por cierto). Y también The Railway, el temido hoyo 11 y no menos icónico. El grueso del diseño corrió antes a cargo de George Strath, el más joven de una saga escocesa legendaria (su hermano Andrew fue ganador del British).

– El viento habitual o dominante en Troon sopla del Noroeste, lo que complica extremadamente las cosas por los nueve segundos hoyos de un recorrido en el que, al estilo de St. Andrews, se juegan nueve hoyos de ida, uno detrás de otro y avanzando siempre hacia el sur (salvo en el 7), y otros nueve de vuelta, caminando hacia el norte. Gary Player señalaba que estos nueve de vuelta, con el viento en contra, conformaban el tramo más complicado que nunca tuvo que afrontar.

– Si nos fiamos de las estadísticas del último Open que se jugó aquí (2004), el tramo que componen los hoyos 10, 11 y 12 es terrorífico, pues fueron los tres hoyos más complicados del campo. Merece especial mención el 11, pegado a las vías del tren, que se transformó en un monstruito cuando pasó de ser un par 5 a par 4 para el Open de 1997. Como par 5, de hecho, ya era a juicio de Arnold Palmer el hoyo más peligroso que había visto nunca. En efecto, o coges la calle o te puedes poner a rezar: fuera de límites por la derecha con las vías del tren y tragedia por la izquierda, disparando desde el tee a una calle perversa y cruzada.

– Royal Troon presume de tener los greenes en mejor estado de todos los links escoceses. A primera vista desde luego lo parece, dentro de lo bastos que son los greenes de los links (dicho el calificativo en el mejor sentido por el tipo de hierba).

– Todd Hamilton tiene un recuerdo preciso de las líneas maestras de su juego cuando ganó aquí en 2004: fue fundamentalmente conservador. Mucho hierro desde el tee (de hecho, siempre que se pueda) y, tal y como es necesario hacer en cualquier links, una auténtica obsesión por no caer en los bunkers de calle. Hamilton no visitó ni uno solo hace doce años y, aunque también pateó muy bien, podemos estar  bien seguros de que esta fue la clave principal de su victoria. Rafa Cabrera Bello lo ratifica: «no hay ni un solo bunker de calle al que te puedas permitir ir en este campo; todos penalizan».

– Los dos mejores jugadores de la historia debutaron en un Open como profesionales en Royal Troon. Jack Nicklaus lo hizo en 1962 y Tiger Woods en 1997, aunque  es cierto que Tiger ya había disputado alguno como amateur.

– Pegado al Old course, del que venimos hablando, está el Portland course, que se abrió en 1895. Anteayer. Durante esta semana este terreno echa una mano en la intendencia (carpas, parkings…)

– El primer español que jugó aquí un Open Championship fue el mítico pionero Ángel de la Torre, precisamente en la edición de 1923, la primera que tuvo a Troon como escenario de este evento. Después, han jugado aquí otros quince españoles más (Sebastián Miguel, Ramón Sota, Jaime Gallardo, Manuel Ballesteros, Seve, José María Cañizares, Piñero, Antonio Garrido, Calero, Olazábal, Miguel Ángel Martín, Rivero, Jiménez, Nacho Garrido y Sergio); a los que se unirán este año otros tres (Scott Fernández, Jon Rahm y Cabrera Bello). El mejor resultado de todos lo obtuvo Sebastián Miguel en 1962, cuando acabó 12º. Hora es por tanto de calentar esta tendencia templada…

– A estas alturas de la semana las calles del campo están bastante tiernas, por todo el agua que ha caído en el mes de julio, así que la bola no rueda como suele hacerlo en un links. Esto hace el campo más largo, sobre todo por los nueve segundos con viento en contra, pero también facilita el control de las distancias a los profesionales, indispensable por ejemplo para evitar los bunkers.

– El rough está bravo, pero no imposible o injugable. Incluso se está viendo estos días a muchos jugadores manejarse con relativa comodidad y soltura desde estas posiciones.