Jon Rahm no es de poner muchos paños calientes a la hora de analizar sus vueltas de golf. Ni para bien, ni para mal. Hoy no iba a ser menos. El golfista de Barrika ha terminado frustrado y desesperado tras entregar una tarjeta de 70 golpes (PAR) en la tercera ronda del Open Championship. Royal Birkdale estaba preparado hoy para hacerle pocas, pero el putt se lo ha impedido al golfista español.
La tarjeta lo dice todo. Jon ha hecho un birdie, un bogey fruto de la desesperación en el hoyo 18 y dieciséis pares. “No recuerdo una vuelta tan desesperante de putt. Ha sido horrible. He jugado muy bien de tee a green, pero no ha entrado nada. No sé ni cuántas bolas han tocado hoyo, pero es golf y hoy ha sido uno de esos días donde la pelota no quiere entrar”, explicaba tras acabar su vuelta. Ha jugado muy bien de tee a green, con casi el ochenta por ciento de los greenes cogidos y ha tirado 32 putts.
Rahm estaba visiblemente contrariado y dolido. Ha salido al campo con el chip de ataque metido en la cabeza y el juego le ha respondido. Sabía que era un día donde todo podía ir razonablemente bien, cogiendo calles y muchos greenes, pero no ha habido manera. Se mordía de rabia los labios al acabar porque sabe que ha perdido una buena oportunidad de subir puestos en la clasificación y pelear por todo.
La mejor noticia es que, aunque sigue teniendo molestias en el isquiotibial derecha, hoy ha podido pegar mejor a la bola, por lo que el objetivo es tratar de que este domingo caigan todos los birdies que se han negado en esta jornada y recuperar posiciones en la clasificación. No hará nada especial, sólo descansar, bajar pulsaciones y tratar de recuperar la energía necesaria para lanzar mañana un último ataque potente y sostenido que le permita acabar el Open con un buen sabor de boca. No hay nada que menos le guste a Jon que jugar un domingo sin opciones a ganar. Y es que hay miradas que lo dicen todo…
Con su vuelta de PAR, Jon se ha colocado con un total de +3, de la mitad hacia abajo de la clasificación.
