Jon Rahm ha tenido un estreno de Open Championship de lo más movido, tanto en la tarjeta, una especie de montaña rusa con cinco birdies y cuatro bogeys, como con los árbitros. Sí, otra vez. Como ocurrió en la última jornada del Open de Irlanda. Nuevamente ha tenido que dar explicaciones, justificar una decisión y otra vez, como ocurrió en Portstewart hace dos semanas, le han dado la razón.
La extraña situación se produjo en el hoyo 17 de Royal Birkdale (par 5). Jon pega el golpe de salida y la bola termina en el rough de la izquierda. Nada más llegar donde está la pelota, limpia la zona y mueve una zarza de un metro que, en principio, parecía que estaba suelta, pero que se encontraba adherida al suelo. Al percatarse Jon, la deja de mover. Precisamente, por no estar suelta, Lee Westwood, su marcador, le advierte de que al mover la zarza ha podido mejorar la posición de su bola y que por tanto podría haber incurrido en una penalidad de dos golpes. Es más, después de hablar Jon y Westwood, interviene el árbitro que iba en el partido y le impone dos golpes de penalidad por esta circunstancia. Así, en lugar de haber hecho birdie (tremendo, y con algo de fortuna, su segundo golpe para hacer cuatro), le habían puesto un seis (en la televisión estuvo mal durante todo el tiempo ya que se le había adjudicado un siete).
Rahm se mostró desde el principio en absoluto desacuerdo con esta decisión, ya que estaba convencido de que no había mejorado la posición de su bola y que, por tanto, no había penalidad posible. Sin embargo, siguió jugando y dejó el asunto para el final. Así las cosas, cuando terminó su vuelta, y antes de firmar la tarjeta, volvió a hablar con los árbitros para ofrecer su versión. La conversación, con Westwood presente, duró más de quince minutos. Jon acabó haciendo croquis en un papel para explicar exactamente dónde estaba la zarza y dónde su bola. Así, Jon ha defendido que la zarza estaba a la derecha de su bola, por lo que en ningún caso interfería en su línea a green o a la hora de ejecutar el golpe.
Las televisiones no han captado el momento, por lo que no había imágenes y el único que ha visto lo que ha pasado y cómo estaba puesta exactamente la zarza ha sido Jon, por lo que los árbitros, a juzgar por la seguridad en su explicación y el peso de sus argumentos, han determinado quitarle los dos golpes de penalidad. Así, ha terminado con un birdie en el hoyo 17 para un total de -1.
Esta es la historia completa de la segunda ‘movida’ arbitral que tiene Rahm en las últimas dos semanas y que le dejan con la mosca detrás de la oreja por lo que puedan pensar de él, aunque en el fondo tiene la conciencia tranquila porque está convencido de que ha actuado de manera honesta.
