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Eres Rory McIlroy: ¿qué estás haciendo?

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Rory McIlroy, hoy en Royal Birkdale. © Golffile | Fran Caffrey
Rory McIlroy, hoy en Royal Birkdale. © Golffile | Fran Caffrey

– ¿Merece de verdad el 71 de Rory McIlroy que nos detengamos en su vuelta? A simple vista quizá no, pero lo cierto es que el norirlandés ha dado hoy una lección de primeros auxilios y reanimación, porque en el tee del hoyo 7 estaba medio muerto. Venía de fallar el corte en Irlanda y Escocia y en hora y media se había situado ya con un parcial terrible de +5 en los seis primeros hoyos. Las constantes vitales no se sostenían: ni juego largo, ni corto ni putt…

Hay que ponerse en su piel. Hasta se anda dándole vueltas en los mentideros si el hecho de jugar con la alianza de casado puesta le puede perjudicar al swing… No es broma: esta semana un colega británico le consultaba a Henrik Stenson en sala de prensa si tal circunstancia podía afectar al juego, refiriéndose y citando por supuesto el caso de Rory, y ante la sorpresa del sueco, que se limitó a señalar que él juega sin el anillo puesto porque el suyo es demasiado abultado y pesado…

El 71 que Rory conseguía pergeñar al final, con un último y gran birdie en el 18, puede tener serias consecuencias para el torneo, porque da toda la sensación de que ha recuperado el duende. «Con las previsiones que tenemos del tiempo, si consigo mañana jugar una buena vuelta y terminar en torno al par, entonces estaré dentro del torneo», señalaba McIlroy al acabar la ronda. Sólo los jugadores fuera de categoría son capaces de recuperarse de semejante modo en mitad de una ronda, pero hay que puntualizar que el norirlandés jamás dio muestras de desesperación cuando los bogeys iban cayendo en cascada. «Salí mal, pero una conversación con JP (su caddie) en el tee del 2 me ayudó», señalaba, a pesar de que luego siguieron cayendo los bogeys. Y lo explica: «no dejé que mi cabeza se viniera abajo y mantuve la actitud positiva». En el 7 salvó un buen par y a partir de ahí fue cuando todo cambió. ¿Saben lo que le dijo JP a Rory? Básicamente, esto: «eres Rory McIlroy, ¿qué estás haciendo?». Oiga, y funcionó.

Pablo Larrazábal (+2) ha entregado una tarjeta de 72 golpes en el Open Championship y se encuentra justo a un golpe del corte provisional. No ha sido un inicio deslumbrante, pero tampoco ha sido malo. Es más, la hoja de ruta iba perfecta hasta el hoyo 13. Pablo estaba al par, un resultado que cualquiera firmaría a esas alturas de vuelta en Royal Birkdale. A partir de ahí, viene lo mejor del campo, con los dos pares 5 y buenas opciones de birdie. Sin embargo, ahí se le ha escapado hoy una ronda en números rojos a Larrazábal. Mañana tendrá que pelear para pasar el corte. No hay ninguna duda de que lo va a hacer. Tiene el carácter y, sobre todo, más ganas que nadie de estar los cuatro días en Southport, así que habrá que seguirlo muy de cerca este viernes.

– Solemos fijarnos en las vueltas sin bogeys de cada jornada. Esta vez se han dado sólo tres: Spieth, Kuchar y Luiten. Los dos primeros son líderes, qué casualidad. Pero, qué decir de las vueltas sin birdies, tan absolutamente frustrantes para un profesional… Hoy se han dado hasta catorce y algunos nombres sorprenden mucho: Jimmy Walker, Harrington, Reed, Mickelson, Bryan, Pavon, Cameron Smith, Waring, Marksaeng, Fleetwood, Lyle, Dinwiddie, McGirt y Tanihara.

Jordan Spieth ha ofrecido hoy una imagen muy habitual: ha jugado bien y se ha puesto de líder del torneo. Pero también ha ofrecido otra imagen muy poco habitual: ha jugado toda la ronda mascando chicle. Que sí, que el chico es texano, pero nunca lo había hecho antes. ¿Y eso? Pues no se crean que se trata de una sesuda estrategia de relajación, ni mucho menos, ha sido algo tan trivial como divertido. “Me he cepillado los dientes esta mañana y después he desayunado y he salido rápido al campo para la rutina pre-vuelta. No me he vuelto a cepillar los dientes y Cameron (su entrenador) me ha ofrecido un chicle que he cogido justo antes de salir a jugar. Nada más empezar, en el hoyo 2, he hecho un birdie y ya no me he atrevido a tirarlo. Es más, estoy hablando con vosotros tras la vuelta y aún lo tengo… Creo que ya puedo cambiarlo por otro…”, señaló entre risas. No está confirmado si este viernes volverá a jugar mascando chicle. El chicle-amuleto.

– Salvo aquellos jugadores que han salido durante la primera hora de juego, que se comieron la peor parte con agua, viento y frío a espuertas, hay que señalar que después la justicia meteorológica se ha repartido con bastante equidad.

– ¿No están ustedes hartos de escuchar o leer cada año por estas fechas que los jugadores estadounidenses no se adaptan bien a los links británicos? Será por eso que en los últimos 56 años han ganado el British Open hasta veinte jugadores distintos con las barras y estrellas en el pecho. Es cierto que son muchos y muy buenos, pero algo bien entenderán los links cuando se dan semejantes números. En la clasificación de esta edición, por cierto, encontramos a tres liderando el torneo, a cinco en el top ten y a once en el top-25…

– ¿Será al fin el año y el major de Paul Casey o Ian Poulter? Puestos a apostar por uno de ellos nos quedamos con el primero, esperando no ‘bendecirlo’ con el gafe del analista… En serio: el golf de Casey asusta por momentos, de lo fino que anda. ¿De verdad, Paul, que ya no te hace tilín la Ryder?