Sergio García (-2) ha firmado una buena vuelta de 68 golpes sin bogeys en la tercera ronda del Open Championship. Buena, pero insuficiente para meterse en la pelea por la victoria el domingo. Las condiciones exigían algo más, una tarjeta más baja, pero el de Borriol no ha estado todo lo fino que requería la situación.
Sergio se ha quedado lejos por partida doble, primero en la vuelta, tal y como él mismo reconocía. “He empezado jugando bien, pegando buenos tiros, pero no las he dejado suficientemente cerca. Son putts de birdie de cuatro o cinco metros que no se meten habitualmente, salvo que seas Jordan Spieth. Pero el resto de los mortales, no. Quizá metes dos de cada diez, pero no más. Yo he metido uno en el 7 y he tirado otros muy buenos, pero no han entrado”, explica.
García necesitaba hoy dejarlas más cerca para, precisamente, poder acercarse también a la cabeza. Sin embargo, su ronda de dos bajo par, aunque le vale para meterse en el top 20, le deja sin opciones de triunfo, demasiado lejos. “Hoy habría que haber tirado mínimo un 66 para más o menos dejarse una opción el domingo”, admitía.
En cualquier caso, la buena noticia de la ronda es que el hombro se encuentra mucho mejor. Sergio ha explicado que sufrió un tirón y que afectó a la articulación del hombro, pero que ha mejorado mucho a lo largo del día. “Al principio me molestó más, en el campo de prácticas y en los primeros hoyos, pero poco a poco ha ido mejorando y sólo en los últimos hoyos yo creo que se ha cansado y me ha costado acabar bien el swing. La molestia me afectaba sobre todo al estirar el brazo en el finish”, afirmaba García. Y lo cierto es que la mayoría de los errores en los últimos hoyos han llegado fallando por la derecha, por no acabar bien el golpe.
Sergio se queda sin opciones prácticamente de ganar el Open, pero al menos aún puede luchar por lograr un nuevo top ten en su carrera en este torneo. No es un objetivo baladí, ni mucho menos. Por ello va a pelear mañana.
