Inicio The Open Championship The Open Championship 2018 Un corte por amor propio, recursos, instinto y sentido común

Un corte por amor propio, recursos, instinto y sentido común

Compartir
Rafa Cabrera Bello. © Golffile | Eoin Clarke
Rafa Cabrera Bello. © Golffile | Eoin Clarke

Rafa Cabrera Bello ha pasado el corte en el Open Championship por amor propio, casta, recursos y un sentido común a prueba de bombas. El canario se ha aferrado a su extraordinario juego largo y a una estrategia llevada con la precisión de un cirujano para asegurarse el fin de semana.

El Open se pone British y Zach y Tommy afilan los colmillos

Ha sido un perfecto ejercicio de supervivencia frente a su putter. No se ha permitido ninguna alegría, ningún despiste, ningún error. Sabía que el putt no le iba a ayudar demasiado, pero al menos debía conseguir que no le pusiera la zancadilla. Y lo ha logrado. No es para tirar cohetes, pero al menos ha dado un paso adelante, y lo ha hecho con más raza que técnica. “Si soy honesto, no he pateado bien, pero al menos no he cometido ningún disparate”, aseguraba tras firmar la tarjeta.

El objetivo de Rafa en esta segunda vuelta ha sido evitar que su bola acabara en lo que comúnmente se conoce en golf como territorio de tres putts. Para ello, se ha apoyado en su magnífico juego largo y en la estrategia. Apenas ha fallado un par de golpes en todo el día y el objetivo siempre ha sido dejarse distancias de entre cuatro y ocho metros para birdie, no más. Claro que esto es muy fácil decirlo, pero después hay que tener un saco canario lleno de recursos.

Cabrera Bello no termina de encontrarse a gusto en los greenes, y no será por las horas que está trabajando, tanto desde el punto de vista técnico como mental. Ayer tras la ronda estuvo más de cuatro horas pateando con David Leadbetter, su entrenador, y Chris Henry, su preparador mental. Pudieron ser incluso más de cuatro. “No lo tengo muy claro porque no miré el reloj”, confiesa Rafa.

Rafa sufre un cortocircuito cuando parecía que tenía el putt bajo control

Sin embargo, no ha terminado de encontrar la gran clave, seguramente porque tampoco existe. Es una cuestión de ir poco a poco construyendo, sumando, poniendo granos de arena, recuperando la confianza. Así, Rafa decidía hoy patear apoyándose en su instinto más que en la técnica. Y le ha salido bien. Es un paso adelante. No ha cometido ningún tripateo y hasta se ha permitido meter algunos putts muy buenos, como en el hoyo 4, de siete metros para birdie, o en el ocho, de unos tres metros para par.

Rafa: “No podía permitir que un mal hoyo (los cinco putts del 16 del jueves) me estropeara el mejor torneo del mundo”

Cabrera Bello ha jugado con mucha inteligencia y un plan claro: ha buscado el sitio desde donde no corriera el riesgo de dejarse un putt muy largo. Ha sido una ronda muy tensa, ya que sabía que no podía fallar, de ahí que la raza haya sido clave. “No podía permitir que un mal hoyo (los cinco putts del 16 del jueves) me estropeara el mejor torneo del mundo”, aseguraba.

Esa raza y amor propio es la que ha derrochado en los últimos cuatro hoyos de Carnoustie para mantenerse en +2 y asegurarse el corte. Sabía que el +3 podía acabar entrando, pero mejor si finalizaba +2 y se evitaba líos. De manual. No ha sufrido en ninguno de esos cuatro hoyos, es más, bien podría haber caído algún birdie, ya que el putt más lejano lo ha tenido en el 16, de unos ocho metros.

La primera ronda del Open, en 25 postales para el recuerdo

Es el cuarto corte consecutivo de Rafa en el Open Championship, el sexto en las siete ediciones que ha disputado. Además, detiene la sangría de tres cortes consecutivos perdidos, algo que no le pasaba desde hacía más de un año. “Cuando hemos acabado, he mirado a mi caddie y le he dicho, mira que bien, mañana trabajamos. Menos mal porque con tanto fin de semana libre ya no sabíamos que hacer”, aseguraba Rafa terminando con una sonrisa.

Consulte aquí los resultados en directo