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Rafa sufre un cortocircuito cuando parecía que tenía el putt bajo control

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Rafa Cabrera Bello patea durante la primera ronda del Open Championship. © Golffile | David Lloyd
Rafa Cabrera Bello patea durante la primera ronda del Open Championship. © Golffile | David Lloyd

La primera vuelta de Rafa Cabrera Bello (+3) en el Open Championship estaba siendo más que correcta. Casi puede decirse que estaba cumpliendo con el mejor de los planes establecidos en lo que se refiere al putt, su martirio durante las últimas semanas. Es más, su inicio de vuelta era un fiel y tangible reflejo de que algo había cambiado. Comenzaba enchufando un putt de unos cinco metros para birdie en el hoyo 1 y, acto seguido, salvaba un gran par en el hoyo 2 pateando desde algo más de dos metros. En esa misma tesitura es más que probable que, tanto en Francia como en Irlanda y Escocia, hubiese arrancado la ronda con un parcial +1. Mucho más que probable. Sin embargo, en Carnoustie marchaba -1…

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A partir de ahí ha tirado mejores y peores putts, como es lógico, pero dentro de una línea de control. Hasta que se cruzaba en su camino el hoyo 16. En este par 3, temido como ninguno en Carnoustie, el canario pegaba una salida al inicio del green, que no es poco en este hoyo, aunque muy lejos de una bandera situada al fondo, y su primer putt se quedaba cortísimo. Es posible que justo en ese momento se le cruzaran una docena de fantasmas, pues el problema detectado días atrás tenía que ver con el ‘tempo’, sobre todo en los putts largos. El caso es que acto seguido se pasaba unos sesenta centímetros con el segundo putt y luego erraba dos más, completamente cegado. Hasta cinco putts sumaba y una vuelta que venía por debajo del par se quedaba semidesnuda.

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De acuerdo que Tom Watson tiene dicho que el 16 de Carnoustie es el par 3 más difícil del mundo, pero el disparo de Rafa desde el tee en ningún caso anunciaba semejante accidente. Una auténtica lástima que, por otro lado, no debe apartar al español de la línea de trabajo elegida junto a David Leadbetter en los greenes, porque realmente hasta ese momento había recuperado el equilibrio. Por unas causas u otras, el caso es que le vuelve a tocar remar de lo lindo y sudar la gota gorda en la segunda jornada para pasar el corte. Su último mes de trabajo se ha convertido en un inesperado suplicio en los greenes, pero es en este tipo de situaciones donde un carácter recio debe sobreponerse a la adversidad y él lo tiene. Hay que seguir confiando en la capacidad del canario para darle la vuelta a este comprometido momento.

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