Historia, historia, historia y hasta siete veces ha nombrado Jon Rahm la palabra historia en su primera comparecencia de la semana ante los medios de comunicación. No hay que recordarle demasiadas cosas de lo que ha pasado aquí al golfista de Barrika. Es joven y es su primer Open, pero sabe mucho. Lo lee y lo ve. Se lo bebe.
Lo mismo te habla del putt de Seve Ballesteros en el hoyo 18 en la edición de 1984 que del bogey de Tom Watson un poco antes o de la liada de Doug Sanders. Lo ha visto una y mil veces. Es el legado. Es la tradición. Es lo que le pone a Jon. Tanto le gusta que le ha echado el ojo a un par de librerías de St Andrews para hacer acopio de material de lectura sobre historia del golf. Eso sí, tendrá que ser en otra visita. «Me encantaría ir, pero hay demasiada gente. No podría. Tendrá que ser en otro viaje que no coincida con un Open», asegura.
Por eso, en estos tiempos que corren de LIV Golf y millones de dólares despachados en contratos con cláusula de confidencialidad, a Jon le emociona estar viviendo en primera persona esta 150 edición del Open Championship. «Yo creo que este es un torneo en el que si nos pagan cero venimos todos igual. Es lo que significa esto. Cuando hay tantas cosas que están pasando que han cambiado un poco la dinámica del golf y ciertos líos en el mundo que están pasando, venir ahora a esta edición, a este campo, es algo que el golf necesita y para mí es todo un orgullo», afirma. Pocas declaraciones de intenciones más sólidas escucharán esta semana. Por si alguien aún tiene dudas sobre lo que le mueve a Rahm.
Será el primer Open de Jon en St Andrews. Un capricho del destino. Se estrenó en el British al año siguiente de jugarse por última vez en el Old Course y ha tenido que esperar seis años, con uno de demora añadido por el Covid. Más espera, más ganas. «Me gusta mucho el Old Course si se juega en las condiciones de este año. Cuando está firme y duro es uno de los campos de la rotación que me parecen más entretenidos», apunta.
Rahm conoció St Andrews cuando era un crío. Ni siquiera jugaba al golf. Su padre, Edorta, llevaba muy poco tiempo practicando y se hizo un viaje a Escocia para ir a la cuna. Sólo jugaba él, pero Rahm se acuerda en el putting green que hay justo a la derecha del hoyo 1 tirando algunos putts. «No me acuerdo de muchas cosas, pero de eso sí», afirma. Ahí le quedó inoculado para siempre el veneno del golf y la historia. Siete veces historia.
Del Old Course ama su historia. «El campo de golf en sí es bastante especial. No creo que haya muchos otros campos en los que sólo haya cinco greens individuales y todas las calles compartidas y todos estos puntos ciegos y todas estas muchas formas diferentes de jugarlo. Es la historia del juego y lo mucho que significa. Sé que el Open empezó en Prestwick, pero el R&A Club ha estado aquí, formando parte del patrimonio escocés. La zona del green del hoyo 18, el tee del 1, es única», explica.
Jon jugará oficialmente por segunda vez el Old Course. La primera fue en el Alfred Dunhill Links Championship de 2019. Lo jugó con su padre y firmó 73 golpes, uno sobre el par. No fue su mejor día de golf, pero sí se llevó algunas cosas apuntadas en la cabeza. «No tuve mi mejor swing ese día y normalmente cuando hago un mal swing fallo a la derecha. Los primeros nueve fueron con viento de izquierda a derecha ,como hoy. Creo que caí en cada bunker de la derecha en los primeros nueve. No le pegues a la derecha. Eso es lo que aprendí. Es un campo que se basa en el viento. Cualquier tipo de viento que tengas y cualquier dirección puede cambiar este campo de golf drásticamente. Hay que saber cuándo hay que ser conservador, cuándo hay que ser agresivo, y en qué hoyos hay que tomar la línea correcta y en qué hoyos se puede salir por la izquierda del tee. Puedes ir a la izquierda todo el día, pero con ciertas banderas y ciertos vientos, realmente te vas a quedar corto, así que tienes que aprovechar tus oportunidades en el momento adecuado. Es el aspecto más bonito de este campo. Te permite jugar tu juego. Pero hay algunos hoyos en los que tienes que arriesgar», sentencia.
Lo demás, es historia.
Epica, Tradición, Legado y bla bla bla… Cuando empezó todo ( como siempre en la historia de la humanidad ) lo hizo por el empuje de gente emprendedora y dentro de ese emprendimiento se contemplaba un posible negocio ( como así ha sucedido ). Para reyes del negocio los ingleses y americanos.
Basta ya de ser hipócritas y decir que no se juega por dinero (sobre todo cuando ya lo tienes )