Menos de dos meses y medio para la Ryder Cup y, cómo no, Brooks Koepka es un gran protagonista al ser tercero en la clasificación del equipo estadounidense para Roma. En The Open afronta su última oportunidad para sumar puntos en este ranking que incluirá a los seis primeros jugadores en el equipo de Zach Johnson; la otra media docena será elegida por el capitán y sus colaboradores.
Koepka habló de esto en Hoylake, pues el lunes hubo una coincidencia, un encuentro casual, en la sesión de prácticas la mar de interesante. «Ayer jugué una ronda de práctica con Zach. No teníamos horarios ni él ni Cameron Smith ni yo. Hubo una buena espera, así que jugamos todos juntos», arranca Brooks; «charlamos de la Ryder y fue divertido. Teníamos que hablar sobre lo que está pasando y de cómo se está formando el equipo. Fue interesante escuchar su perspectiva y todo lo que tiene que hacer. La PGA de América hace un muy buen trabajo al facilitárselo, y simplemente comentó la preparación para ello, lo que nuestro equipo va a hacer, dónde vamos a estar, las estadísticas, cosas así… Es muy interesante escuchar todo esto», afirma.
Sobre la contundente postura de Rory McIlroy contra LIV Golf, donde nunca iría a jugar según confesó la semana pasada en Escocia, Koepka optó por no pronunciarse, pero sí admitió que ha tenido largas conversaciones con el norirlandés sobre la división del golf mundial: «No puedo hablar por él. Sé que Rory y yo hemos tenido bastantes buenas conversaciones durante el último año y más aún en este par de meses. Sí, todos tienen derecho a tener su propia opinión, cómo se sienten al respecto. Para mí, no tengo suficiente información al respecto para saber cómo sentirme, qué pensar. Todavía entrenamos juntos Rory y yo. Hemos hablado de un montón de cosas diferentes, la vida fuera del campo de golf, y él me ha contado algunas cosas que le han pasado y realmente aprecio que se haya abierto. Siempre hemos sido amigos», confiesa el jugador de Florida.
Sobre su fórmula para ser tan competitivo en los Majors (tiene cinco en su buchaca), el estadounidense se refirió a cuándo empezó a ser tan competitivo: «Probablemente lo descubrí en el US Open de 2014. Kaymer ganó y yo no estaba en la pelea porque Martin estaba muy por delante de todos, pero todavía había algo por lo que luchar, el segundo puesto. Sólo por ese orgullo. Pero sólo jugué de manera muy disciplinada, de una forma conservadoramente agresiva, y simplemente me agarré al plan de juego sin importar lo que requería la situación, fuera cual fuera la situación en la que se encuentre. Sólo jugar de forma muy disciplinada y sabiendo dónde fallar. Creo que es por eso por lo que he tenido tanto éxito. Es sólo comprender el momento, el tiro, dónde debe fallar», desvela.
Koepka, tras sus durísimos problemas físicos, valora este momento, cuando ha vuelto a estar arriba peleando por los triunfos en las citas relevantes (victoria en el PGA Championship y segundo en el Masters), y lanza un par de reflexiones interesantes: «No sé si podría verlo como la segunda etapa de mi carrera porque con 33 años probablemente esté justo en el medio de mi mejor momento. Le dije a mi equipo, incluso cuando estaba lesionado, que le daría al menos cinco, siete años de trabajo realmente duro y vería cómo salía todo. Creo que la lesión y todo lo que sucedió fue frustrante a veces y no fue divertido simplemente despertar y tener que esforzarse, pero disfruté el trabajo que se hizo en todo esto y lo hizo mucho más dulce», subraya.
Además, tiene clara la importancia de la paternidad. Habrá un antes y un después para Koepka. ¿Qué ha aprendido sobre él mismo en este último año? «Voy a ser padre, así que eso probablemente sea un poco diferente. He aprendido más fuera del campo de golf. Simplemente prepararse para ser padre, creo que es lo principal. Estoy emocionado. Han sido unos meses interesantes preparándome para todo. El golf pasará a un segundo plano. Mi familia tendrá prioridad. Sí, tengo que administrar mi tiempo un poco diferente», zanja el estadounidense, a quien le encantan los links para explotar su juego imaginativo. En Royal Liverpool buscará su primer Open, su sexta corona en un Major.
