Inicio The Open Championship The Open Championship 2024 Justin Rose, de las lágrimas a su batalla contra el paso del...
El inglés lo intentó hasta el final en el Open Championship de Royal Troon

Justin Rose, de las lágrimas a su batalla contra el paso del tiempo

Compartir
Justin Rose, en Royal Troon © The Open
Justin Rose, en Royal Troon © The Open

Embocando un sensacional birdie desde más de cinco metros en el último hoyo del temido Royal Troon, Justin Rose se despidió de la 152ª edición del Open Championship firmando un sensacional segundo puesto empatado junto a Billy Horschel, a sólo dos golpes del campeón, el estadounidense Xander Schauffele. Y aunque con su elegancia y saber estar se despidió con cariño de los cientos de aficionados que le dedicaron una cariñosa ovación por el esfuerzo, tras comprobar que lo intentó absolutamente todo para lograr la Jarra de Clarete, la frustración no tardó en aparecer para el golfista inglés…

«En ese momento estás siendo un profesional. Luego, diez pasos más tarde, me estaba ahogando en las lágrimas, eso es lo que cambia», reconoció Rose ayer por la noche. Un jugador que cumple 44 años a finales de mes y lucha como pocos contra el paso del tiempo para poder seguir compitiendo con las nuevas generaciones, que poco a poco dominan con mano de hierro el golf mundial. El remolque con el que viaja con un sistema de recuperación exclusivo para él es buen ejemplo de su dedicación.

El reconocimiento en el green del 18 de Royal Troon fue un «momento mágico» para Justin, en sus propias palabras. Se quitó la gorra tan rápido para saludar que cualquiera podría haber pensado que era el campeón y no el segundo. Lucía un jersey granate, el mismo atuendo que aquel domingo de 1998 en el que siendo un joven amateur de 17 años de edad logró embocar desde el rough para terminar empatado en el cuarto puesto en el famoso torneo británico y convertirse en el mejor aficionado de aquella edición del Open.

«También gané la FedEx Cup vestido de este color», recordó. «Fue una especie de superstición, vamos a ver si a la tercera va la vencida», dijo. No pudo ser, aunque convirtió su última ronda en Royal Troon en un ataque constante, consciente de que las oportunidades para ganar un evento en el que ha sido segundo, tercero y cuarto, se empiezan a acabar. La edad no perdona, como empieza a quedar claro con jugadores como Tiger, que añaden al paso de los años otros problemas añadidos. Pero Rose se esfuerza por retrasar el paso del tiempo.

El golf evoluciona con jugadores cada vez más potentes, con más velocidad de swing, más flexibilidad, mayor distancia… Los ganadores cada vez son más jóvenes y acaparan las primeras posiciones de los torneos. Y esta constante reducción de la edad a la que empiezan a llegar las victorias también reduce sin quererlo la edad máxima a la que todavía hay opciones de conseguir triunfos. Pero Justin Rose tiene su propio sistema para seguir estando en la palestra ante estos talentos incipientes.

Para empezar, ha vuelto a trabajar con su antiguo caddie, Mark Fulcher, de 59 años. O mejor dicho, su mujer logró traer de vuelta a Mark. Ambos formaron una pareja ganadora durante más de una década, pero separaron sus caminos en 2019, tal vez no de la mejor manera. Hace un año, por estas fechas, parecían ser «demasiado orgullosos» para llamarse uno al otro y empezar de nuevo, pero «fue la señora Rose llamando a la señora Fulcher» la que lo logró, desveló Mark. Fruto de su reencuentro, en la Ryder, Rose embocó un gran putt para conseguir medio punto cuando la primera jornada llegaba a su fin, impidiendo a los estadounidenses ganar un solo partido el viernes de Roma.

Pero más allá de volver a los orígenes con su mano derecha, llama la atención el famoso remolque de recuperación, como lo llama su equipo. Es una caravana que podrías remolcar con cualquier todoterreno que cuenta con baños fríos, baños calientes, sauna de infrarrojos y una sala de vapor. «Cronológicamente puede que tenga más de 40 años, pero creo que biológicamente, por cómo se cuida, probablemente tenga unos 30», asegura su entrenador de swing, Mark Blackburn.

Rose no es el único cuarentón que está destacando recientemente. Sergio García, de 44 años, ganó hace unos días en LIV Golf el torneo de Valderrama. Adam Scott estuvo a punto de hacerlo en Escocia y este domingo ha sellado un sensacional top 10 en Royal Troon. «Hay que adaptarse o morir. Creo que los tres estamos orgullosos de poder seguir adelante», dijo el australiano, que con su resultado, se ganó una plaza en el Open Championship del próximo año.

«En el momento cumbre de nuestra carrera no éramos lo suficientemente buenos para batir a Tiger en su pico y tenemos nuestra oportunidad 10 años más tarde. Estar cerca de un Grande siempre nos estimula para seguir adelante unos años más», reconoce Scott. Rose ya lo venía barruntando desde hace tiempo: «Es lo que más me motiva para seguir trabajando duro, tratar de darme a mí mismo el verano de mi carrera, intentar ganar uno o dos de estos para completar una carrera fantástica». A punto estuvo de conseguirlo en Escocia. Lo seguirá intentando en 2025, con su remolque de recuperación, o rejuvenecimiento, a cuestas.