Inicio US Open US Open 2008 Al final resultó que la ‘naranja mecánica’ era de Churriana…

Al final resultó que la ‘naranja mecánica’ era de Churriana…

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Sergio, en el turno de mañana, ya había puesto la primera pica española en Torrey Pines

 

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Miguel, ayer de naranja en Torrey Pines

 

 

A las once de la noche, aproximadamente, del viernes 13 de junio de 2008, unos chicos vestidos de naranja al mando de un tal Marco Van Basten saltaban al primer y rabioso plano de la actualidad mundial deportiva al pasar por encima de unos chicos vestidos de azul…

Unas horas más tarde resultaba que no, que la 'naranja mecánica' era española, y de Churriana para más señas.

Seguramente conocen ya la anécdota: Miguel Ángel Jiménez se partiría ayer de risa al encontrarse en el tee del 10 con sus dos compañeros de partido de la segunda ronda del US Open, Shingo Katayama y Boo Weekley, porque daba la casualidad de que iban uniformados: habían coincidido los tres con un polo naranja y pantalones marrón clarito. De entrada, guasa, y Jiménez, que es un jugador muy serio, se mueve en ese contexto como pez en el agua.

Volverán a repetirnos desde las américas que Jiménez es algo así como 'el mejor jugador desconocido del mundo', larga etiqueta que ya le colgaron por aquellos lares hace tiempo. Pero quien se empeñe en semejante ocurrencia, a estas alturas de la película, es sencillamente un necio.

Miguel ha firmado la mejor tarjeta de lo que llevamos de US Open una vez finalizada la segunda jornada. Un 66 en Torrey Pines (seis birdies y un bogey) que vale su peso en oro y que lo sitúa en quinta posición con -1 acumulado, a dos golpes del líder, el australiano Stuart Appleby (-3) y a un golpe de Tiger Woods (-2). El jugador español vuelve a dejar en evidencia a quienes pensaban (a quienes pensábamos…) que era un campo demasiado largo para su juego, que lo iba a pasar mal para dejarse buenas oportunidades de birdie en según qué hoyos del recorrido californiano.

Jugó de maravilla. Está jugando de maravilla. Hasta el punto de haber cogido el ochenta por ciento de las calles (es el tercer mejor jugador del torneo en este apartado de la estadística) y más greenes que la mayoría (sólo diez jugadores le superan). Ayer, además, se encontró muy cómodo en los greenes, embocando putts de todos los colores (el último, en el par 5 del hoyo 9 con caída y lectura imposibles…). Su juego con las maderas de calle y con los hierros, con todos los hierros, resultó fulminante, todo un prodigio de toque y precisión, buscando banderas y parando la bola en los greenes con maestría. Porque hay que tener en cuenta que él disparaba a green, muchas veces, desde más de veinte metros más lejos que los jugadores que dominan la estadística de distancia desde el tee en este Us Open.

Weekley lo miraba de vez en cuando, después de algún golpe desde la calle, con gesto de verdadera admiración…

 

Hoy saldrá a jugar a las 23,30 horas en España junto a un buen amigo suyo, el inglés Lee Westwood, otro firme exponente del protagonismo que el golf europeo está tomando en esta 108ª edición del major americano. A las 21,10 horas en España, más de dos horas antes, habrá salido el otro español en faena, Sergio García, que ayer nos brindaba como aperitivo a la exhibición de Miguel otra jornada memorable, entregando una tarjeta de 70 golpes (fue uno de los escasos dieciséis jugadores que ayer ganaron al campo).

Sergio acabó la jornada en la 35ª posición, ganando más de sesenta puestos, a siete golpes del líder y con todo el fin de semana por delante. A juzgar por lo visto ayer, su juego se ha ajustado y los siete primeros hoyos del jueves han quedado en el olvido. Tiene garra el de Castellón. Y la misma o más pegada que nadie. Y está cogiendo muchos greenes…

García aún tiene margen para situarse arriba. Después de un mal inicio ha tenido la paciencia y la estabilidad emocional necesarias para crearse una posibilidad real para el fin de semana. Necesita más que nunca meterse en su burbuja, pendiente sólo de su juego, para seguir jugando bajo par con el guarismo que sea, porque de ese modo se suben los escalones de tres en tres en Torrey Pines.

 Desde la calle ha afinado ya decididamente su juego (es el quinto mejor del torneo en greenes en regulación), y ahora necesita coger más calles (aunque también ha mejorado), para poder afinar aún más el tiro a bandera, y a partir de ahí rematar mejor con el putter (no está pateando mal, pero sí lo está haciendo todavía con una media de putts superior a la media del torneo). Su juego ya es consistente, más que serio, y le falta el broche de la brillantez para dejarse a tiro el US Open el domingo. En el ganador del The Players se puede confiar.