Al fin y al cabo es el US Open. Aquí nadie habla de otra cosa que no sea Tiger Woods o Phil Mickelson. Incluso cuando Miguel Ángel Jiménez iba rompiendo las calles y los greenes de Torrey Pines, la atención seguía en Tiger…
Se daba por hecho que Phil Mickelson, que en San Diego juega en casa, y Tiger Woods, no sólo formarían el partido estelar el jueves y el viernes, sino también el sábado y el domingo. Después de todo, la selección de Torrey Pines, un campo donde Tiger ha ganado ocho veces, fue el primer birdie para Tiger incluso antes de empezar el torneo.
Pero muy a pesar de televisiones y anunciantes, Phil Mickelson no acaba de jugar bien. Y por delante de Tiger está un australiano inconmensurable, Stuart Appleby, que lidera el campeonato con –3.
Appleby forma parte de la lista de jugadores que ya deberían haber ganado un grande, y esta puede ser su oportunidad. "Haré lo posible por arrojar accidentalmente un palo a su rodilla lesionada", bromeaba sobre su emparejamiento del sábado con Tiger. "Sería accidentalmente, claro".
Junto a Tiger Woods (–2), en segunda posición, se encuentran el sueco Robert Karlsson y el norteamericano Rocco Mediate; y un golpe por detrás, con –1, Miguel Ángel Jiménez, Lee Westwood, Davis Love III y D. J. Trahan.
De los 21 primeros clasificados, siete son de Estados Unidos; cuatro de ellos entre los ocho jugadores que quedan bajo par. Pero en el top-20 hay notables que pueden dar mucha guerra. Carl Pettersson, Ernie Els, Geoff Ogilvy, Robert Allenby y Luke Donald están con Par; y Andres Romero y Camilo Villegas van con +2.
El sábado, día de movimiento, va a ser especialmente importante en este apretadísimo U.S. Open. La clasificación final del sábado revelará con mayor precisión los auténticos candidatos al título. Si Tiger se pone por delante, podría ganar. Si Appleby aguanta, podría impacientar a Tiger. Si Miguel Ángel vuelve a cargar, podría pasar a los dos. Y si Sergio se pone a tiro del líder, habrá que contar con él hasta el último hoyo.
