1. Terminó el Open USA 2009. Terminó el Open USA del Black course, de la lluvia, del lunes, de la gente, de Mickelson, de las bocinas, de los cinco españoles, de los rodillos, de las esponjas, de los partes, de Tiger Woods, de Amy y, sobre todo, de Lucas Glover…
2. Después de tanta discusión, de tanta suspensión, de que si arriba, de que si abajo, de que si llueve… Después de tanta agua, Bethpage ha sabido defenderse. Ha dado muestras de su fiereza. Pese a que la USGA no ha podido prepararlo como realmente hubiese querido, al final sólo cinco jugadores acabaron bajo par: Glover, Mickelson, Duval, Barnes y Fisher. El lunes fue el único día seco que tuvo el Open USA y se pudo entrever cómo se comporta este Black course sin agua. Sólo siete jugadores bajo par y el mejor resultado fue el -3 de Ian Poulter. Es cierto, eso sí, que estuvo ayudado por el viento, que no había aparecido antes.
3. Un dato. Por si quedaba alguna duda, el Open USA ha sido para pegadores. Los ocho primeros clasificados han sobrepasado las 280 yardas desde el tee (más de 250 metros). El noveno, Stenson, se ha quedado en 250 yardas (225 metros), pero claro, lo del sueco tiene truco. Ha abadonado el driver y sale siempre con madera 3, pero es uno de los mayores pegadores del mundo. Los primeros ‘poco pegadores’ en la clasificación hay que encontrarlos finalmente en el puesto décimo: Weir, Moore y Ames. Los tres, rodeados de buenos ‘forzudos’, Sergio García, McIlroy, Bettencourt, Kim o Goosen.
4. Dediquemos un capítulo al público, a la gente. Impresionante. El ingente número de espectadores a pie de green que ha registrado este Open USA te obliga a sentirte un poco cateto. Y eso que ha llovido. Sin embargo, todavía llama más la atención la actitud del público norteamericano. Vive el deporte de forma espectacular, como una diversión, como el que va a pasar un día al campo, a pasarlo bien… ‘Metepatas’ hay en todas partes y más cuando se congrega tanta gente, pero es asombroso cómo una masa tan grande puede comportarse tan bien. Tienen mucha cultura de golf.
5. Un ejemplo. Camilo Villegas manda su bola al limbo en el hoyo 5. Tiene un dropaje infernal. Acaba tirando junto a un puesto de salchichas y perritos calientes abarrotado de aficionados hambrientos. Pega un tirazo. Al dar el golpe había chavales que literalmente se estaban frotando los ojos ante lo que habían visto. El precio de la entrada ya les había compensado.
6. Gonzalo Fernández Castaño ha terminado el Open USA con algunas dudas. Tenía muchas ganas de jugar este Grande, ha luchado muchísimo durante la temporada para meterse entre los 50 primeros y lo ha preparado ‘a saco’. Se encerró dos semanas en Valderrama a entrenar duro. Tras fallar el corte, el madrileño, pensando en voz alta, no tenía muy claro si había compensado tanta preparación, si a lo mejor para el siguiente merecía la pena afrontarlo de otra manera… Nosotros decimos que ni mucho menos. Toda esa preparación tendrá su recompensa antes o después. Veamos cuántos top ten saca Gonzalo en las próximas citas de Munich, Open de Francia y Loch Lomond.
7. Sergio García, nada más acabar su última vuelta en el Open USA, nos invitaba a los vestuarios para ofrecer sus impresiones mientras recogía la taquilla y preparaba la maleta. Les prometemos que no es cualquier cosa cruzarse en un vestuario con Jim Furyk. Impone. Por cierto, es más alto al natural. Diríamos que llega al 1,90.
