Inicio US Open US Open 2010 «Probablemente deberé dejar de beber en algún momento antes de la Ryder...

«Probablemente deberé dejar de beber en algún momento antes de la Ryder Cup»

Compartir











Graeme McDowell estaba exultante. Era la viva imagen de la felicidad. Cuando metió el último putt para anudar la victoria en el US Open apretó los puños, se abrazó con su caddie y levantó los brazos al cielo de Pebble Beach. Es algo muy grande. Segundos después se estrujó emocionado con su padre. Se lo tuvieron que llevar a rastras para que firmara la tarjeta, ese último trámite previo a la gloria…

“Ha sido un día grande. Jugué como lo tenía planeado. Hice mi trabajo. Hice bogey en el 9 y el 10, y por primera vez miré a la tabla y vi que estaba dos golpes por delante. Y jugué realmente bien en los segundos nueve”, aseguró.

McDowell también se acordó su gran rival en el día de ayer, Gregory Havret… “Seguro que Greg está desilusionado; hizo bogey en el 17 y no pudo hacer birdie en el último. El 17 era un hoyo muy difícil. El viento venía cambiado completamente. Yo la eché al bunker de entrada y tampoco pude hacer par. Para ganar torneos hay que tener suerte. Hay tantos jugadores de primer nivel, Tiger y Phil. No esperaba que Gregory fuera quien me iba a forzar hasta el final. Es magnífico ver tantos jugadores europeos jugando bien. Estoy realmente feliz de formar parte de esa enorme ola europea que hay ahora en el mundo del golf. Ha sido estupendo ver a Gregory jugar tan bien”.

El norirlandés templó perfectamente los nervios y diseñó una estrategia perfecta. “Cuando vi que no hacía birdie en el 18, tomé la decisión de no ir a por el green. He controlado mis emociones. Me he sentido calmado toda la semana. Lo peor probablemente lo pasé el jueves. Me quedé un par de veces fuera de posición. Di un par de golpes mal dados y estaba frustrado. Eso no se puede hacer en el U.S. Open. Me prometí a mi mismo que iba a calmarme, que iba a trabajar duro”. En este sentido, la labor de su caddie ha sido decisiva.Tengo un caddie magnífico que me mantiene calmado, y trato de vivir el momento presente en la medida de lo posible”, afirmó.

McDowell resaltaba la importancia de ganar un grande y, sobre todo, de hacerlo en un lugar como Pebble Beach. “Ganar en este campo de golf es especial. He soñado con ganar majors, pero ganar el primero aquí… Quería ganar múltiples majors y eso no se puede hacer hasta que ganas el primero. Es increíble. Pebble Beach es un lugar especial”, señaló.

El siguiente objetivo que se vino a su cabeza tras levantar el trofeo tendrá lugar en Gales en octubre… “Estoy jugando el mejor golf de mi vida ahora mismo. No sé cuánto voy a celebrar esto en los próximos tres meses. Probablemente deberé dejar de beber en algún momento antes de la Ryder Cup. Estoy deseando celebrar este torneo y esta sensación tan magnífica”, apuntó.