Hay varias maneras de ganar un US Open. Una de ellas es siendo un auténtico ‘plodder’. Así definió Graeme McDowell a Jim Furyk unas horas antes de salir a jugar el partido estelar del segundo Grande de la temporada…
Y qué es un ‘plodder’, se preguntarán muchos de ustedes…
No es fácil encontrar en español el adjetivo idóneo que se corresponda a esa expresión. Vendría a ser algo así como una persona que hace las cosas ‘despacito y con buena letra’, un tipo perseverante, ‘lento, pero seguro’… Quizás, lo que más se ajuste a ‘plodder’ sea la expresión hormiguita. Furyk es una hormiguita.
McDowell lo comentó con la mejor de las intenciones, pero es perro viejo y ya sabe cómo puede afectar una mala interpretación. Furyk desveló una interesante conversación que sucedió en el locker room del Olympic Club. McDowell se le acercó y le dijo: “Mira Jim, no sé lo que te habrán dicho y cómo te lo habrán dicho, pero mi comentario era para echarte un piropo. Lo dije en sentido positivo, para elogiarte”. Estuvieron charlando unos minutos, hicieron varias bromas y asunto resuelto. Tanto es así que cuando le preguntaron a Furyk que describiera cuáles son sus virtudes para desenvolverse tan bien en los US Open, el bueno de Jim aseguró: “es que soy un plodder”.
Apunta a partido estelar Grande. Furyk aseguró ayer que “me encanta McDowell. Me parece un gran jugador y un buen tipo. Ya jugamos el jueves y el viernes juntos y fue un partido muy divertido. Seguro que será un gran emparejamiento”. Curiosamente, Sergio García jugó con ellos esos dos primeros días.
– Interesante comparecencia de McDowell después de la segunda ronda del US Open. El norirlandés se ‘desnudó’ ante las cámaras. “No ha sido un día fácil. Llegué al Olympic por la mañana con una extraña sensación que no es la primera vez que me pasa. Estaba en el campo de prácticas y sentía que algo no iba bien. Me reuní con mi equipo, estuvimos hablando unos minutos y todo pasó”, explicó G-Mac.
¿Cuál es el misterioso asunto que corroía al norirlandés antes de la tercera vuelta? Lo explicó con una claridad meridiana. “Leí en un libro de Bob Rotella que hay dos tipos de miedos: el miedo al éxito y el miedo al fracaso. Yo no tengo miedo al éxito, pero sí tengo miedo al fracaso. Antes de la ronda tuve un pequeño ataque. Me vinieron esos miedos. Pensaba, ¿y si salgo ahí y no estoy a la altura? ¿y si todo sale mal y hago un 75? No es la primera vez que me pasa y siempre trato de controlarlo de la misma manera. Hablo con mi equipo y trato de verbalizarlo, expreso lo que siento y así consigo superarlo”, explicó. Interesante G-Mac.
– Por cierto, respecto a su vuelta comentó que le costó entrar en juego. “No me desperté hasta el segundo tiro del hoyo 9. Fue como una especie de alarma. Mi bola se fue a los árboles y tuve que hacer el Tarzán para poder sacarla. Aquello encendió la vuelta…”, señaló.
– Tiger Woods comentó ayer que hoy saldrá a por todas en la última vuelta. Se ve con opciones, aunque necesita que el putt le funcione mejor que ayer. “Los greenes parecían más rápidos y firmes que el jueves y el viernes, sin embargo, la pelota rodaba más lenta. Nunca conseguí ajustarme”. Nada más acabar la ronda, el norteamericano se marchó al putting green y allí estuvo hasta que se fue la luz del Olympic.
– Gran día para los jugadores jóvenes y más inexpertos. Los partidos parecen escogidos en su honor. Hossler juega con Dufner, Peterson con Goosen, Wittenberg con Tiger, Hamrick con Harrington, Thompson con Toms, Spieth con Cabrera… Grandes emparejamientos con, en muchos casos, ganadores de varios Grandes. Desde luego, se lo merecen por el US Open que están haciendo.
– Por cierto, descaro no le falta al joven de 17 años Beau Hossler. Saldrá hoy a cuatro golpes de los líderes y ayer declaró, ni corto ni perezoso, que se ve con opciones de ganar el US Open y que luchará por ello. Toma ya. Veremos qué sucede…
