Inicio US Open US Open 2012 Tiger y la espantada menos esperada (¿y deseada?) del mundo

Tiger y la espantada menos esperada (¿y deseada?) del mundo

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Graeme McDowell (-1) y Jim Furyk (-1) lideran el US Open cuando comienza la hora de la verdad, a falta de una jornada…

No causa sorpresa alguna que el norirlandés y el insondable norteamericano se postulen de este modo. Lo que sí ha provocado cierto estupor es la espantada de Tiger Woods (+4), que ha entregado un 75, cinco más en el día, después de un inicio gris de vuelta y de un final en el que llegaba pidiendo la hora, con el semblante casi descompuesto, muy preocupado.

¿Acaso Tiger Woods no puede tener un mal día? Por supuesto que sí. Incluso él puede tenerlo, como bien se hs demostrado, por otro lado, durante los dos últimos años. Aún más en un recorrido como el del Olympic Club preparado al gusto y el estilo de un US Open. Un par de descuidos y te pueden comer crudo las pirañas del rough, de la arena, de los greenes…

Pero seguramente en este momento nadie lo esperaba. De ahí la sorpresa y el estupor. Sencillamente porque al fin venía de encadenar unas cuantas jornadas soberanas de golf, poderosas y profundas, venía de mostrarnos su versión más arrebatadora en el Memorial, con aquel domingo pletórico, y de gestionar unos primeros 36 hoyos de US Open como dicta el exclusivo libreto de los megacampeones: equilibrio, solidez de granito (calles cogidas, greenes cazados…), paciencia infinita, y feroces picotazos en los greenes cuando buenamente sea posible.

La afición americana es festiva y está dispuesta a disfrutar con lo que toque. Y si lo que toca es jalear a McDowell, próximo rival encarnizado en la Ryder, se hace y punto. El golf por encima de todo. Pero la titubeante progresión de Woods en la tercera ronda se ha dejado sentir, de eso no hay duda. La jornada, plácida y soleada, y la profunda convicción de que el Tigre mostraría de nuevo las garras viniendo en el último partido, hacían de este sábado una fiesta anticipada.

Después, el ambiente se enfrió ligeramente, claro. El retorno de Tiger a la senda del gran Jack es casi un asunto de interés y preocupación nacional, casi mundial. Con todo y con eso, hay que dejar bien claro que el Olympic y sus miles de aficionados siempre mostraron las ganas y energías suficientes para festejar el eagle de Ernie Els en el 17, embocando un approach delicado, o el birdie imposible de Sergio en el 18, o el hoyo en uno del joven John Peterson en el 13… O el birdie de hormiguita laboriosa de Furyk en el mismo 17.

El domingo se presenta brutal. Podríamos enunciar una larga lista de candidatos porque hay 17 jugadores en cinco golpes (y 26 en seis golpes, si queremos dar a Sergio alguna opción todavía…). Comenzando por los que más opciones tienen, McDowell y Furyk, dos ganadores de US Open, dos ‘cabezas duras’, dicho en el mejor de los sentidos. Dos lapas. Guerreros, luchadores… El concepto parece bien claro.

Pero es que además han llegado por detras señores como Westwood (+2, después de entregar un 67, la mejor tarjeta del día; a ver si ahora resulta que va a ser quí, Lee), o como Els (+2 ¿A quién le importaría que Ernie ganara su cuarto ‘major’?). Por ahí siguen otros ‘outsiders’ de lujo como Colsaerts  (+2) y Dufner (+3), y también merodean Goosen (+4), Kaymer (+4), Kuchar (+4)… Sin olvidar, por supuesto, la carga del Séptimo que se espera de Woods (+4).

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