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Compton y el tercer corazón

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Erik Compton se ha sometido a dos transplantes de corazón en su vida. Uno fue con sólo doce años y el otro con 28, hace seis. El problema es que necesitará un tercero.

Se lo decía con tanta tranquilidad como crudeza a un compañero del PGA Tour durante una vuelta de competición hace unas semanas. Su corazón tiene fecha de caducidad, pero el drama de esta historia es que ya no tiene derecho a un tercero según la sanidad norteamericana.

Es decir, Compton sólo tiene una manera de encontrar un tercer corazón y es con dinero. Tiene que comprarlo. Aún tiene margen, pero no mucho. Según confesaba el propio jugador norteamericano, la expectativa de vida de un corazón transplantado es de 15 años, así que le quedan siete para reunir el dinero. Una victoria en el US Open arreglaría todos los problemas.

Su historia se ha ganado el corazón del público de todo el mundo. Pero claro, este domingo tendrá que lidiar con la presión de saber que hay muchos ojos detrás suya. Nunca ha ganado un torneo del PGA Tour, aunque no ha estado muy lejos, en el Arnold Palmer y en Zurich quedó quinto esta temporada.

– Rickie Fowler es el otro gran favorito del público estadounidense. El niño mimado de los aficionados. Ha pateado hoy como los ángeles. Pero como los ángeles. No se puede entender de otra manera que se haya hecho un 67 pegando mal a la bola. Y no es una exageración. “Me voy al campo de prácticas con Butch Harmon. No le estoy pegando bien al drive, me he metido en líos, pero por suerte he podido salir”, señaló. Pues como el muchacho siga pateando igual mañana y encima meta el drive en calle, que se agarre Kaymer.

– Las banderas fueron las rutilantes estrellas de la tercera jornada del US Open. Comentarios para todos los gustos. Garth Mulroy, que hizo el par, se temió lo peor cuando vio un tuit de Graeme McDowell. “Yo no suelo fijarme demasiado en las banderas, pero vi una foto que colgó G-Mac con las posiciones y me las estudié más de lo habitual”, señaló. Puede resultar increíble, pero estas cosas pasan.

– Mickelson aseguró que sólo vio una bandera de birdie real (18), mientras que Duibuisson asegura que “las posiciones han sido simplemente una locura”.

– Kaymer está de acuerdo con Mickelson. “La única bandera asequible es la del 18 (e hizo birdie), en cuanto al resto, si la dejabas a ocho metros del hoyo ya podías estar contento. Creo que la USGA nos escuchó ayer hablar de las banderas y desgraciadamente se lo han tomado muy en serio”, señaló entre risas.

– Claro que aquí siempre depende de cómo te ha ido la fiesta. Justin Rose, que jugó de maravilla e hizo el par, señaló que “yo no he visto el campo tan difícil, pero será porque he jugado muy bien”.

– El golpe del día lo dio Kenny Perry. Ojo al dato: embocó de dos en el 14 desde la zona salvaje a la izquierda de la calle. Pegó un híbrido 2. Un tiro de locos.