El alemán toma el mando del US Open con una ronda estratosférica de 65 golpes
Martin Kaymer ha sido la tormenta que se ha estado esperando durante todo el día en Pinehurst y que no ha terminado de llegar. El alemán ha firmado una estratosférica vuelta de 65 golpes para tomar el mando del US Open tras la primera jornada.
Kaymer ha firmado una vuelta imposible. Ningún jugador, entrenador, caddie, analista, experto, pseudo experto, o incluso futurólogo venido arriba podría haber vaticinado hace menos de doce horas que este jueves habría un jugador mandando en el US Open con cinco bajo par.
“Todo cambió en el mes de marzo. De un día para otro decidí que ya no iba a pensar más en la técnica, que se acabó lo de ir midiendo milímetro a milímetro por dónde tiene que ir el palo. Tomé la decisión de pensar sólo en golf, en el golpe que tenía por delante, en las yardas y en cómo es mejor entrarle a cada bandera”, explicó después de su machada en Pinehurst.
El golfista de Dusseldorf apagó entonces el botón de la técnica y puso en marcha el de los birdies. Pasó de fallar el corte en el Shell Houston Open, cerrando una racha de diez torneos consecutivos sin tocar el top ten, a pasar el corte en el Masters, top 25 en el Heritage, top 20 en el Wells Fargo y primero en el THE PLAYERS. Curiosamente, también abrió el torneo de Sawgrass con una vuelta fuera de lo común de 63 golpes.
Aquella exhibición en Ponte Vedra Beach fue espectacular, pero lo de hoy está por encima (trece calles, once greenes y 25 putts). ‘Empaleitor’ vuelve a escena. Las condiciones de Pinehurst, incluso con el riego de esta mañana, eran realmente muy difíciles. De hecho, Kaymer tiene tres golpes de ventaja sobre los cuatro segundos clasificados: McDowell, Na, Quinn y De Jonge, y cuatro sobre la inmensa batería de -1, entre los que están nombres del calado de Stenson, Kuchar, Snedeker, Matsuyama, Dustin Johnson, Spieth, Bradley o Molinari.
Finalmente, quince jugadores terminaron sobre el par. El alto número ya es una sorpresa, pero lo es más, si cabe, que las fuerzas hayan estado tan igualadas entre la mañana y la tarde. El destacado líder ha salido del turno vespertino y se han visto siete tarjetas bajo par por las ocho de la mañana, una diferencia mínima para lo que se esperaba. No es fácil encontrar una explicación. Quizás se trate de algo psicológico. ¿Salieron quizás los primeros partidos más atenazados por lo que se ha ido viviendo durante las rondas de prácticas? ¿Jugaron los de la tarde más libres y agresivos viendo que había birdies en el campo?
Quién sabe. En cualquier caso, para mañana se espera una vuelta de tuerca seria de la USGA. Tanto rojo en la clasificación se les atraganta.
