Se coloca a tres golpes de los líderes, Graeme McDowell y Kevin Na
La USGA se temió lo peor esta mañana y puso a funcionar el riego a discrección. No llovió anoche, tal y como estaba en todos los cálculos, y Pinehurst Nº2 se podía ir de las manos en los primeros 18 hoyos del US Open. Graeme McDowell y Kevin Na, los dos líderes, se lo han agradecido con sendas vueltas de 68 golpes (-2). Sí, incluso a la USGA le tiembla el pulso de vez en cuando.
Y menos mal, porque la escabechina podría haber sido brutal. Si no riegan los greenes hoy no acaba nadie bajo par y los del turno de tarde habrían sufrido horrores… aún más de lo que lo están haciendo. Tenemos a ocho jugadores ganando al campo con todo el turno de tarde aún en juego. Ya son más tras la primera vuelta que en Merion o en el Olympic, las dos últimas sedes del US Open, pero posiblemente no veamos a ninguno más, difícil que pase de la decena. Conclusión, con piedad, sólo ocho hombres han bajado del par esta mañana…
Incluso con el agua vertida sobre los greenes esta mañana, Pinehurst se defiende con uñas y dientes. Sus greenes son diabólicos y no permiten ninguna floritura. “Llevo varios días concienciándome para jugar este US Open. Mi plan es muy conservador, colocar la bola en calle y buscar muy poquitas banderas. Hay que estar en el sitio correcto. No creo que nadie vaya a hacer esta semana más de veinte birdies, salvo que seas Rory McIlroy y tengas su juego, que ya me gustaría de vez en cuando”, aseguraba McDowell nada más acabar la ronda.
La Armada se ha defendido y ha aguantado el tirón de forma notable. Pablo Larrazábal (+1) ha debutado en el US Open con un juego espectacular. “Ha sido mi mejor vuelta del año”, reconocía. Ni siquiera los dos bogeys finales en el 6 y en el 8 deben amargar un dulce estreno en el abierto norteamericano. Ha cazado trece greenes, una cifra sobresaliente en Pinehurst y por momentos fue volando. “Nunca le había visto jugar a este nivel”, admitía su padre.
Larrazábal jugó bajo par durante una buena parte de la vuelta, pero finalmente acabó cediendo ante el campo. Un putt corto de birdie que se le escapó en el hoyo 5 pudo ser el detonante de ese final más irregular. Posiblemente, el juego de Pablo habría merecido más en esta primera ronda, pero no debe echarse nada en cara. Debut con picadores en el US Open y vuelta al ruedo.
Miguel Ángel Jiménez (+2) y Sergio García (+3) tampoco han empezado mal. Están a cuatro y cinco golpes de la cabeza, una buena muestra de que no deben estar muy descontentos.
