Ha sido muy duro. Miguel Ángel Jiménez venía con la situación más o menos controlada, capeando el temporal que se le había desatado en su vuelta (secuencia de bogey, doble bogey y bogey en los hoyos 16, 17 y 18) con un eagle de campanillas desde la arena en el hoyo 3…
Pero otro doble bogey en el 8, penúltima estación de su vuelta, terminaba con sus opciones de jugar el fin de semana. Para alguien que anda como loco tratando de sumar puntos para meterse en el equipo de la Ryder, y con el amor propio del malagueño, la situación no era fácil de digerir. Pero Jiménez finalmente encontraba el modo de hacerlo: “no he estado a la altura y el campo me ha cogido. Además, tampoco he tenido esa suerte porque parecía que todo lo malo me pasaba a mi”, señalaba.
