Inicio US Open US Open 2014 Y de repente se le abrió la tierra a sus pies

Y de repente se le abrió la tierra a sus pies

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Pablo Larrazábal (+9) ha sufrido un durísimo castigo por los segundos nueve hoyos del Pinehurst Nº 2, un tramo que ha saldado con un parcial de nueve más para quedarse fuera del corte de su primer US Open.

Será eso, precisamente. Que era su primera experiencia en un torneo que, antes o después, pone a prueba los nervios del más pintado. Los nervios y la paciencia. El caso es que el jugador español, que había bordado el golf el jueves, venía hoy también jugando un golf muy serio, de gran calidad, cazando greenes y pateando para birdie en casi todos los hoyos. De hecho, pasaba los primeros nueve con un parcial de una menos en el día, apuntando decididamente al top-ten del torneo.

Es muy difícil concretar qué pudo haber pasado. Quizá el bogey en el hoyo 10, par 5, después de pegar una buena salida al centro de la calle, lo dejó descolocado y sin resuello. El caso es que a partir de ese momento el panorama dio un giro de 180 grados. Desde entonces todo fueron problemas, uno detrás de otro y cada cual de más complicada solución. Y Pablo no fue capaz de agarrarse al campo.

Quizá en unos días el jugador sea capaz de pararse a pensar y quedarse con todo lo bueno que ha hecho esta semana, que ha sido bastante: 27 hoyos ganándole la partida a un campo muy complicado y hasta yendo sobrado de juego por momentos. Pero la experiencia es un grado y a Pablo se le vino el mundo encima demasiado rápido cuando su swing no anduvo tan fiable y Pinehurst Nº 2 se puso a repartir guantazos. No queda otra que seguir dándole tiempo al tiempo.