Hoy se despedía Jon Rahm de su fructífera etapa como amateur del golf. Lo hacía en una última ronda de US Open, que no es hacerlo de cualquier manera, y firmando una más que notable tarjeta de par, para terminar con un acumulado de +7, mirando de reojo al top-25 en el momento de escribir esta crónica provisional. Este mismo lunes, de hecho, juega un Pro-am del Quicken Loans National, estrenando su nueva condición.
El joven de Barrika era plenamente consciente de las expectativas que había levantado su presencia en el segundo Grande del año como Número 1 del mundo aficionado, y ha llevado la carga con una naturalidad y suficiencia formidables. Las maneras que mostró en el último tramo de la segunda jornada para pasar el corte, cuando venía caminando sobre un alambre, nos sitúan ante un jugador muy especial. Por no hablar de la determinación con la que ha salido a jugar hoy, dispuesto atacar cada bandera, sin nada que perder y como homenaje a su ya pasada condición de amateur. Su ronda ha sido de todo menos aburrida, con seis birdies, cuatro bogeys y un doble bogey, cifras que le han llevado a ser uno de los jugadores con más birdies sumados en toda la semana (quince en total, además de un eagle). Ojo: esto lo ha hecho en su primer major y en uno de los campos más complicados del mundo. Hoy, de hecho, llegaba a situarse con un parcial de tres menos y cuatro birdies en solo seis hoyos… ¿Es o no es especial?
A partir de ahora le toca vivir un proceso de aprendizaje, como el mismo reconoce. Necesita saber, según comenta, en qué se diferencia todavía de sus flamantes compañeros de profesión. Necesita andar despierto y tomar buena nota, aunque al final lo que cuentan son los birdies y el resultado, y por ahí este muchacho va bien servido, según parece. Por cierto, Jo Rahm acaba como el mejor amateur de la historia del golf español en su primer grande, superando a José María Olazábal, que fue 25º en el British Open de 1985.
