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US OPEN 2016

Un primer acercamiento a Oakmont

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– La 116ª edición del US Open se nos echa encima. Ha comenzado la cuenta atrás del segundo Grande de la temporada, que arranca el próximo jueves. Allá, en Oakmont, a unos quince kilómetros al noreste de Pittsburgh (Pennsylvania), estará Tengolf informando puntualmente. Y la primera gran cuestión cae por su propio peso: ¿Será el Oakmont Country Club, por novena vez sede de este evento (ningún otro campo de los Estados Unidos se acerca a este registro), el monstruo que acostumbra? La respuesta es inmediata y rotunda: sí, lo será.

– Phil Mickelson, el eterno segundo en este torneo (seis veces ha acabado segundo en el US Open, el único major que le queda por ganar), y que acaba de ser segundo también en el St. Jude, ha dicho que nunca ha visto un campo tan complicado, tal y como está preparado este año. Bueno, ya sabemos que a los jugadores les gusta adornar de épica cada evento antes de que comience la bola a rodar, pero el californiano suele ser fiable y lo jugó durante dos días la semana pasada. No es extraño que algunos profesionales se aventuren ya a señalar que el resultado ganador estará por encima del par. De hecho, Ángel Cabrera ganó aquí en 2007 con un acumulado de +5.

– Oakmont es un campo estilo links, sin apenas árboles que entren en juego. Y el rough está que asusta. No tiene ningún obstáculo de agua, aunque está sembrado de zanjas o acequias secas que entran en juego en al menos diez hoyos del recorrido. Son auténticas trampas que además provocan la frustración del jugador, pues muchas veces intenta sacar la bola del obstáculo sin penalidad y el remedio termina siendo peor que la enfermedad. Estas zanjas, auténticas cicatrices que adornan el recorrido, están ahí desde que el campo abrió sus puertas en 1904, forman parte del diseño original y desde luego tienen una función de desagüe. Sobre todo entran en juego en los hoyos 2, 9, 12 y 18.

– Acabará la semana y ninguno de los 18 hoyos se jugará con una media de golpes inferior a su par. De eso casi podemos estar seguros. Mucha atención al tramo que va del hoyo 7 al 10, un auténtico test y reto al temple de los jugadores, pues estos cuatro hoyos estuvieron en 2007 entre los seis más complicados del campo. El 18, no obstante, se llevó la palma en 2007: este par 4 fue el más complicado de todos y se jugó con una media de 4,60 golpes. Un final, por tanto, pleno de incertidumbre…

– El hoyo 8 será de nuevo el par 3 más largo de la historia del US Open. Puede llegar a medir 288 yardas y en 2007 sólo el 27 por ciento de los intentos cazaron el green en regulación…

– Como es bien sabido, tendremos a tres españoles en juego. Sergio juega su Grande número 71, el 68º consecutivo, lo que en sí mismo ya es una auténtica bestialidad; Rafa Cabrera Bello cerrará en Oakmont su primera docena de grandes y viene de quedar 17º en el Masters, su mejor resultado en un major; y Jon Rahm se estrena, todavía como amateur. Como Número 1 del mundo amateur, para ser más precisos…

El US Open de alguna manera va a estar marcado por la tragedia de Orlando. De hecho, el domingo ya ondeaba la bandera de Estados Unidos a media asta en el Oakmont Country Club.