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Así ha sido el turno de mañana en la primera ronda del US Open

La USGA saca del armario a la Bestia

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Ian Poulter © USGA
Ian Poulter © USGA

Quince personas buscan durante más de un minuto la bola de Rory McIlroy en un espacio dos metros cuadrados en el rough de la derecha del hoyo 14. La acaban encontrando pero el norirlandés apenas la mueve dos metros. El siguiente golpe la saca a calle y termina con doble bogey. 

Jordan Spieth afina al máximo su approach en el hoyo 11 y la bola se queda haciendo equilibrio en el green. Arranca a correr para marcar, pero ya es tarde. La pelota vuelve a caer a sus pies. Triple bogey. 

Brooks Koepka y Jason Day pegan dos golpazos en el hoyo 2, un durísimo par 3 de más de 250 yardas. Sus bolas botan a la altura de la bandera, un metro y medio a la izquierda y acaban fuera de green. La bandera estaba corta y el australiano acaba con un approach de 40 metros.

Rory McIlroy © USGA
Rory McIlroy © USGA

Éstas son únicamente piezas sueltas de una apasionante película de miedo. Llanto y crujir de dientes en el arranque del US Open. Shinnecock Hills ha sacado la bestia que lleva dentro y la escabechina está siendo devastadora. La USGA recupera su esencia tras el fallido experimento de Erin Hills. Esto, señoras y señores, sí es el US Open. Los pares valen oro y las tragedias caen a diestro y siniestro. Un día tonto y la semana acaba en la papelera. Es golf de supervivencia. Sólo los mejores quedan en pie.

El viento se ha convertido en el mejor aliado de Shinnecock Hills. Ha afilado las garras del campo de Long Island hasta límites insospechados. Está soplando a una media de 30 kilómetros por ahora y con rachas que pueden alcanzar los 45. Alta tensión. La masacre es terrorífica y eso que los greenes estaban al inicio del día más receptivos de lo que hubiera querido la USGA por la lluvia que cayó ayer. Eso sí, el viento ha hecho su trabajo y ha ido secando las superficies a una velocidad de vértigo. A cada minuto que pasa el campo está más complicado.

El cóctel brutal termina de aderezarse con un rough implacable y unos greenes que no permiten margen de error. Cada recuperación es como subir el Everest a pulmón. Cuesta sangre, sudor y lágrimas. Sólo vale el golpe perfecto para no dejarse un compromiso de esos que ponen a temblar a cualquiera.

Jason Day © USGA
Jason Day © USGA

Con este escenario, superada la primera mitad del día sólo quedan dos héroes bajo par con su tarjeta entregada. Se trata de Ian Poulter (-1) y Scott Piercy (-1). Éste último es un jugador de hierros afilados que se metió en el US Open a última hora. Fue el penúltimo reserva en entrar a Shinnecock Hills, una vez ajustadas las últimas plazas de los sesenta primeros del ránking mundial. Cosas de la vida. El norteamericano, no obstante, ya ha demostrado sobradamente que lo puede hacer muy bien en condiciones duras de US Open, como demostró en Oakmont en 2016, donde luchó por el triunfo hasta la última jornada.

Mientras, Poulter sigue dejando actuaciones muy destacadas semana tras semana. Está decidido a meterse de nuevo en el equipo de la Ryder Cup y, desde luego, en estas condiciones de supervivencia brilla como el que más. Su juego corto es de los mejores del mundo y ha recuperado las mejores sensaciones en los greenes desde que en el Houston Open, antes del Masters, decidiera rescatar del baúl del olvido el putter que utilizó en la Ryder de Medinah.

No obstante, lo más destacado de esta puesta en marcha del segundo major de la temporada ha sido el tremendo sopapo que se han llevado algunos de los gigantes del torneo. Jason Day (+9) y Rory McIlroy (+10) han hecho 79 golpes y 80 golpes respectivamente, lo que les deja ya prácticamente fuera de combate en la pelea por el título. Su remontada tendría que ser antológica.

Prácticamente lo mismo podríamos decir de Jordan Spieth (+8). También han sufrido lo suyo Phil Mickelson (+7) o Brooks Koepka (+5), defensor del título que empezaba con birdie en el hoyo 1. No obstante, hay que ser prudentes y esperar a ver dónde acaba el +5 a final del día. No hay que descartar que cuando acabe la jornada esté dentro del corte o alrededores. Otros resultados llamativos son los de Charl Schwartzel (+9), Bubba Watson (+7) o Bryson DeChambeau (+6).

La otra cara de la moneda entre los favoritos ha sido Justin Rose (+1). El inglés sí ha sacado sus galones a relucir. Ha jugado un golf de alta escuela, sin meterse en muchos problemas y recuperando con maestría cuando lo ha necesitado. También han conseguido aguantar la primera embestida Rickie Fowler (+3), Paul Casey (+3) o Patrick Reed (+3).

Sigue aquí los resultados en directo