Russell Henley está jugando su Grande número 19 y jamás ha terminado entre los diez primeros. Hoy, sin embargo, se ha colocado líder del US Open de Torrey Pines una vez completado el turno de mañana. Ha entregado una tarjeta de 67 golpes en un recorrido que deja margen para los birdies, pero que castiga sin piedad los errores. Manda en solitario con un golpe de ventaja sobre Francesco Molinari (-3) y Rafa Cabrera Bello (-3) y dos sobre Brooks Koepka (-2) y Xander Schauffele (-2).
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La puesta en escena del US Open nos ha dejado una batería de asuntos muy interesantes. Como se ha venido comentando durante la semana, el recorrido Sur de Torrey Pines no es ninguna Cenicienta, pero se deja hacer. Desde calle se pueden generar opciones de birdie. Los greenes están receptivos y los buenos tiros están recibiendo premio. Realmente, la preparación recuerda al último US Open en Winged Foot. Se espera que según pasen las jornadas los greenes vayan ganando en firmeza. Ojo, no están blandos, pero tampoco tienen el ruido clásico a tambor de los US Open.
Henley ha dado la primera sorpresa de la semana. Es un muy buen jugador del PGA Tour con tres victorias en su palmarés, la última en 2017, pero no es un habitual en las zonas nobles de los Grandes. Sus torneos recientes tampoco habían sido la repanocha. En sus últimas cuatro apariciones falló dos cortes, quedó 71º en el PGA y 72º en el Wells Fargo. Digamos que su confianza no llegaba desatada. Sin embargo, hoy ha pateado muy bien y, sobre todo, ha pegado tiros muy buenos a bandera cuando tenía la bola en calle. Ha sabido aprovechar sus oportunidades. Ahí están sus seis birdies.
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Sí se puede calificar de repanocha el arranque de los italianos, todos ellos, por cierto, con caddie español en sus bolsas. Francesco Molinari (-3), Edoardo Molinari (-1) y Guido Migliozzi (PAR) se han colocado en la parte alta. Mención especial para el pequeño de los Molinari. Ha sido regresar con Pello Iguarán y certificar un gran resultado en un Grande. Dicen que las segundas partes nunca son fáciles, así que mucho mejor cuando se empieza de esta manera. Francesco, curiosamente, ha brillado hoy de una manera especial en facetas que son tan habituales en él. Ha estado sensacional con el juego corto y el putt. Los dos últimos hermanos que pasaron el corte en un US Open fueron los Ozaki en 1993.
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Los dos primeros grandes nombres que se colocan arriba son Koepka y Schauffele. Koepka va a lo suyo. Se mete el chip de Grande y a jugar bien y, sobre todo, ser resolutivo. Hubo un momento, cuando se puso cuatro menos, que realmente parecía que podía hacer mucho daño en esta primera jornada. Después llegaron los problemas, pero demuestra un poderío que asombra. Es su sexta vuelta consecutiva bajo par en un US Open. Sólo cinco veces un jugador ha sumado cinco o más vueltas seguidas bajo par en este torneo. Koepka tiene dos de esas cinco rachas. Su putt ha vuelto a estar muy bien.
Mientras, Schauffele ha jugado muy ordenado, sin meterse en líos, ha pegado muy buenos tiros y aún podría haber entregado una vuelta mejor de haberle respondido el putter de manera más brillante. Se ha dejado algunos putts de los que duelen en un ‘major’.
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Con Schauffele jugaba Phil Mickelson (+4), una de las decepciones del día. El flamante campeón del PGA Championship sólo ha hecho un birdie en los 18 hoyos, escaso bagaje para su enorme capacidad. Simplemente, no ha estado fino con los hierros y ha estado en calle menos de lo necesario en este campo. Le ha tocado sufrir. El putt tampoco lo ha rescatado como sí hizo en muchas ocasiones en Kiawah Island. Otros comienzos torcidos son los de Justin Thomas (+2), Viktor Hovland (+3), Collin Morikawa (+4) o Webb Simpson (+8). Ya decimos que si no se juega bien, Torrey Pines azota.
Merece una mención especial la ronda de Matthew Wolff (-1). Ha hecho cinco pares. Una locura. Ha conseguido ocho birdies, tres bogeys y dos doble bogeys. Es una vuelta que jamás se ha visto en el US Open. Es la primera vez que alguien consigue ocho birdies y hace más de un doble bogey el mismo día. Mucho ojo con el dato porque se han jugado más 15.000 rondas en el US Open durante su historia. Por cierto, es su quinta ronda en el US Open y en las cuatro primeras, todas en Winged Foot, acabó en el top ten. De conseguirlo también hoy sería el tercero en hacerlo desde la Segunda Guerra Mundial. Los otros dos fueron Bobby Locke y Bob May.
