Jon Rahm (-3) ha entregado hoy una tarjeta de 70 golpes en la segunda jornada del US Open. Ha vuelto a jugar bajo par y se mantiene metido hasta las cejas en la pelea por la victoria en Torrey Pines. Hoy no ha sido el jugador portentoso, poderoso y apabullante de tee a green del Memorial, por ejemplo. Tampoco ha estado cerca del nivel ofrecido ayer con su juego largo, pero ha sabido sufrir, ha hecho magia alrededor de green y ha metido un montón de putts importantes. En definitiva, ha completado una de esas jornadas de golf que también ganan Grandes.
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Rahm ha cazado cinco calles y once greenes. Ha estado más tiempo en los búnkers que en la hierba. Y no, no es una manera de hablar. Ha necesitado hasta once sacadas de búnker en los 18 hoyos, algunas desde la calle y muchas desde green. Ha dado un recital en este apartado. En el hoyo 6, por ejemplo, pegado un tirazo desde la trampa de la izquierda de la calle y hacía el birdie. Y en el hoyo 14, los fuegos artificiales, la metía desde la arena de la derecha de green, una sacada prodigiosa. Sí, Jon hoy ha sido muy Seve. Literalmente, el jugador vizcaíno ha bajado a la arena y se ha puesto el mono de trabajo. Ha cogido el pico y la pala y se ha dicho, los Grandes no se regalan, hay que trabajárselo a las duras y a las maduras. Es lo que tocaba hoy y lo ha hecho de maravilla.
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Ya habrá tiempo de analizar por qué su juego largo ha estado hoy más desafinado. Habrá que analizarlo y corregirlo, ya que obviamente va a necesitar jugar mejor de tee a green para poder optar a la victoria el domingo. Hoy tocaba salvar la vuelta y lo ha hecho con creces, hasta el punto de que incluso, siendo exigentes, hasta le podría haber sacado algo más rédito, con ese putt de par que se ha escapado en el 13 o el de birdie en el 15 con un tirazo sensacional. Pero tampoco vamos a pedir que todo caiga de cara… Hoy ha sido la vuelta de un campeón que sufre, pero que tiene el arsenal y los recursos suficientes para hacer resultado con otro plan.
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El birdie final en el 18 sabía de maravilla. Era la recompensa a toda esa lucha. Sacarle a la USGA una vuelta bajo par cogiendo cinco calles y once greenes es para estar muy orgulloso. Jon se coloca a dos golpes del líder provisional Richard Bland (-4) y a uno de Louis Oosthuizen (-4), que de momento ocupa la segunda plaza en solitario entre los que ya han acabado.
El nombre del día es, sin duda, el de Bland. Puede hacer historia. Jamás un jugador tan mayor ha liderado el US Open después de 36 hoyos. El inglés tiene 48 y hoy ha firmado la que probablemente ha sido la mejor vuelta de su vida. Ha hecho 67 golpes en un US Open para el que hace un mes no estaba clasificado y donde seguramente él pensaba que ya no volvería a estar. Son estos pequeños milagros maravillosos del golf.
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El otro nombre del día es el de Bubba Watson (-3). Vuelta de 67 golpes también para meterse en la pelea por todo. No es el jugador que uno espera ver habitualmente en las zonas altas de un US Open, pero tiene mucha clase y hoy, además, su putter ha echado fuego. Otros nombres importantes que se mantiene en la pelea son Scottie Scheffler (-1), Bryson DeChambeau (PAR), Lee Westwood (+1), Rory McIlroy (+1) o Dustin Johnson (+2). Van a pasar el corte, aunque casi dicen adiós a la victoria, Hideki Matsuyama (+3), Adam Scott (+3) o Patrick Cantlay (+3). En este grupo se encuentra también Sergio García (+3). Por contra, tienen opciones pero tendrán que esperar hasta el final para saber si juegan dos vueltas más jugadores como Paul Casey (+4) o Jordan Spieth (+4).
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Por último, los grandes batacazos que no estarán en los últimos 36 hoyos son Cameron Smith (+5), Matt Wallace (+6), Will Zalatoris (+7), Victor Perez (+8) o un descompuesto Justin Rose (+13).
